𝟼. 𝐷𝑈𝑂𝐷𝐸𝐶𝐼𝑀: 𝐿𝑎 ℎ𝑢𝑚𝑎𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑒𝑠 𝑐𝑟𝑢𝑒𝑙, 𝑠𝑖 𝑡𝑒 𝑠𝑖𝑟𝑣𝑒 𝑑𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑢𝑒𝑙𝑜, 𝐷𝑖𝑜𝑠 𝑛𝑜 𝑒𝑠 𝑚𝑒𝑗𝑜𝑟

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Las personas son un conjunto sincrético de emociones. A lo largo de la vida, el experimentar estímulos distintos nos llena de sensaciones que nos recuerdan que estamos vivos; y si el estímulo es lo suficientemente duro para penetrar las capas más gruesas, las emociones se vuelven sentimientos.

Los sentimientos no se van a la primera, a diferencia de las emociones, estar feliz y ser feliz no es lo mismo. Uno perece y, el otro, difícilmente muere.

Como en todo, hay zonas verdes y otras más grises y opacas. Hay sentimientos agradables y otros no tanto, el problema nace cuando los poco agraciados permanecen. El miedo es así. Y lo peor de todo es que nunca viene solo. La inseguridad, paranoia, impotencia y desprecio lo acompañan.

Es un domingo sereno por la mañana, uno en el que Jeno podría jurar que lo observan desde todos los ángulos posibles incluso si está encerrado a solas en su habitación desde hace horas. Pero algo le dice que no ha ocultado bien su mente y ya hay personas leyéndola como si fuera el periódico matutino. Parece que se ha sentado en la boca del miedo y tambalea ambos pies viendo que tan profundo puede caer. Tal vez no haga ningún ruido y todos lo ignoren, eso sería bueno.

Deja que que su cabeza caiga mientras descansa los hombros sobre su escritorio, suspira al escuchar el "game over" y las burlas de Renjun del otro lado de la pantalla. No se retira los audífonos, quiere seguir en ese mundo en el que puedes morir y revivir sin un límite.

—Es la tercera vez que pierdes hoy, Jeno. ¿Qué te pasa?

La pregunta de Haechan es superficial, su tono es monótono y apenas se distingue de entre los sonidos de armas de fuego que ambientan el videojuego. Como si no hubiera preguntado nada, Jeno no responde.

Se siente como un pecador esos días.

—Creo que su internet no es bueno. —Renjun asume en un susurro y continúa su partida. Eso hasta que termina. —Fue bueno, Hyuck. Pero no creo que debamos seguir si Jeno no va a esforzarse hoy.

Silencio. 

Un tintineo breve como notificación interrumpe la huida distante de su mente. Haechan está enviando mensajes. Entonces, Jeno se quita los audífonos y vuelve a ignorar la existencia de un mundo que gira a su alrededor cuando tapa sus oídos para bloquear cualquier sonido.

Imagina que si no piensa, que no dice nada, no ve nada, si no que se sume en la oscuridad del vacío, entonces dejará de imaginar y recordar lo que sucedió, una vez hecho eso, su padre no podrá leer su cabeza o delatarse con la respiración. Tal vez ese es el modo que Dios usa para descubrir los pecados del mundo.

La boca le sabe agria y podría adivinar que la cantidad de saliva que sale se va a convertir en un torrente de ansiedad. Así que se repite a sí mismo mientras se retira los lentes que es un hombre de casi dieciocho años, que ya no puede llorar o pensar que el mundo se resolverá si empieza a sentir que se ahoga.

Luego se dice que es un dramático porque no se está ahogando, no hay ninguna situación para que eso ocurra, porque sabe muy bien que lo que hizo está mal y puede que eso sea lo importante. El reconocer sus errores, el ignorar al compañero que desaparece a la mitad de la clase los días lunes, al pasarlo por alto cuando se encuentran en los pasillos, al desechar su nombre como si fuera basura. Está bien, todo está bien porque Lee Jeno odia a Na Jaemin como si estuviera muerto.

No va a quitarle su merecido hogar en el cielo, si es que existe uno y, en realidad, no es un lugar para su fotografía en la cartera de su padre. Él debería darle un nombre del que se sienta orgulloso. Suelta su labio cuando duele demasiado y se levanta finalmente.

Hay una caja y muchas envolturas dentro de su escritorio. No se toma el tiempo de acomodar la basura o verificar con cuidado que cada uno de ellos esté vacío, Jeno quiere mascar algo o va a romperse los labios de nuevo y no puede dejar que eso ocurra otra vez con su padre en casa.

Ivory Cherry: Church of burned romances [JAENO - JAEMJEN] (Re-publicación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora