Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.
Tsubaki contemplaba meditabundamente la ventana de la sala del consejo estudiantil, su rostro estaba atestado de bastante nostalgia.
Recordar sucesos del pasado le había hecho recordar los tiempos que vivía feliz con su familia hasta el día que se manifestó su Sacred Gear.
Fue exiliada como un perro y anduvo durante meses por todo Japón exorcizando espíritus con sus habilidades hasta que conoció a Sona.
Adaptarse a ser una diablesa no fue fácil, era un mundo distinto y costumbres distintas, sobretodo una vida nueva era la que Tsubaki comenzó.
Le debía todo a Sona, ella le dio un hogar, alimento, paz y disfrutaba de su compañía, todo fue realmente bien pero sabía que faltaba algo.
Faltaba algo que complementase a su vida, algo que entendiera su forma de ser y de pensar, algo a lo que abrazarse en las noches más oscuras.
Ella quería sentirse amada en el fondo, quería experimentar esa sensación en su cuerpo, esas mariposas que se sentían en el estómago al estar cerca de esa persona. Quería sentir todo aquello.
Siendo una de las chicas más populares de la academia le sobraban los pretendientes... pero todos ellos eran superficiales y sólo se fijaban en su cuerpo, sin conocerla tal y como es en verdad.
El caballero de Rias llamó su atención, Kiba Yuuto era su nombre, un chico amable, simpático, inteligente, buena persona y no era pervertido.
Tsubaki buscó desesperadamente llamar su atención pero no lo logró, es más Kiba no se había inmutado, como si Tsubaki fuese algún objeto de poca importancia o algo parecido.
Se resignó a que jamás encontraría a esa persona a quien dar su amor, hasta que conoció a Goku, el chico de segundo año llamado "Rey de fantasías".
Tsubaki trató de no hacerse muchas ilusiones como pasó con Kiba, creyó que Goku era algún tipo arrogante y seductor al ver que las chicas le aclamaban como fangirls con mucha frecuencia.
Pero en los últimos días Tsubaki se había fijado en que Goku era todo lo opuesto: era simpático, humilde, gracioso... y al contrario que Kiba Goku no se ocultaba bajo ninguna máscara emocional.
Tsubaki sabía que Kiba ocultaba sus deseos de venganza y era sonrisa que mostraba siempre era una sonrisa hipócrita, no conocía bastante a Goku pero sentía mucha pureza y bondad en él.
La noche anterior se dio cuenta de que él era lo siempre había deseado: esa persona con la que reírse, contarse anécdotas e incluso halagó su comida, algo que ni siquiera Sona habia hecho.
Se sintió nerviosa al hablar con él, perdió su fachada seria aquella noche y se mostró tal como era... y fue bastante agradable siendo sinceros.
Así que, quería repetir esa experiencia, quería conocer más a Goku para saber si él era esa persona que le había puesto el destino.
"Te noto pensativa Tsubaki"
Tsubaki se giró viendo que Sona le estaba mirando con preocupación, asi que esbozó una sonrisa para relajar a quien era su ama/señora.
-No es nada Kaichou, sólo estaba pensando en ciertas cosas -comentó Tsubaki- A propósito, ¿ya contactó con Beelzebub-sama para ese asunto?
-Sí, pero tiene bastantes ocupaciones en el inframundo así que me ausentaré durante el fin de semana -informó Sona ajustando sus lentes.
Ajuuka era quien se encargaba de los asuntos tecnológicos del inframundo, así que era normal que el Maou se encontrara sí de ocupado.
Sona no le había dicho lo que sucedió con el cuerpo de Goku, asi que se inventó una excusa a la altura de la situación explicando que sus piezas desaparecieron así de repente, Ajuuka tampoco pidió muchas explicaciones ya que estaba liado y era algo fácil de solucionar.
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Soberano de los muertos.
FanfictionTodo se detuvo al instante. Intenté moverme pero no pudo, es como si mi cuerpo estuviera flotando en el vacío. De repente, sucedió algo extraño. [Has cumplido con las condiciones de la "Quest secreta: voluntad inquebrantable", por lo tanto el sistem...