El "recordatorio"

122 8 7
                                    

Narra: Dave

No me podía creer lo que había visto, me mire al espejo y estaba todo sudado y sucio, respire hondo y me acorde que  por el camino me había caído varias veces al suelo, me lavé la cara y me intente tranquilizar, ¿Quién me mandaría a mi meterme en esto?, decidió, lo mejor era pasar de ellos, seguro que a pesar de que superan mi nombre y que me hubieran encontrado podía ser solo una casualidad o algo, lo mejor era no preocuparme.

Ya era tarde así que me fui a la cama, pero no le podía dejar de dar vueltas al asunto, si realmente fue una coincidencia todo eso, ¿Por qué tanto interés en que me uniera a ellos? Parecía muy convencidos con lo que decían, pero es que… legar hasta el punto de asesinar a alguien… no se asesina a alguien por casualidad, ¿o sí?, no sé que esperarme de esa gente, seguro que no es nada y que me estoy poniendo paranoico, lo mejor será que me relaje y que duerma un todo, seguro que mañana ya habrá acabado todo.

- ¡¡¡AAAAAAAAAAAH!!!- Se escucho un gran chillido que provenía desde el comedor iba acompañado de algunos llantos, parecía mi madre la que gritaba así que me asusté, me levante de un salto del colchón y fui corriendo al comedor. La ventana estaba rota, la habían roto con un ladrillo que ahora estaba por el suelo, y mi madre, horrorizada miraba el contenido de una caja.

- Déjame ver mamá- Le dije intentando parecer seguro de lo que hacía. Ella se me miro con los ojos grandes como platos por unos segundos, estaba temblando y su mirada parecía más traumatizada de lo que era habitual, esos segundos se me hicieron eternos, hasta que de pronto se levanto y se fue corriendo a su cuarto, donde se encerró y gritó, “Estas cosas no pasaban cuando tú eras un niños y tu padre estaba con nosotros”, al escuchar eso de “tu padre” no puede evitar asquearme y enfadarme por el hecho de que mi madre le siguiera queriendo a pesar de habernos abandonado, así que sin querer grite “El nunca fue mi padre, y ya ni siquiera es tu marido, ¡olvídalo!” y escuche como ella empezó a llorar, me tendría que haber contenido, pero bueno ahora tenía un tema más importante por el que preocuparme, el contenido de la caja.

Tome aire y me acerque para ver lo que había dentro, era algo asqueroso, un trozo de piel ensangrentado como si se lo hubieran arrancado a alguien… ¡de la espalda!, oh dios mío, no me lo podía creer, era la piel de la espalda de el tío del conteiner, lo cogí con cuidado y lo extendí en el suelo, intentando no pensar en las arcadas que me estaban dando al tocar esa cosa con mis manos, le di la vuelta y en ese trozo de piel había un enorme tatuaje, era una especie de corazón humano enorme ensangrentado y delante de ese corazón un 11, me pare a pensar en lo que podía significar eso, pero no se me ocurrió nada asi que volví a mirar dentro de la caja y pegada a la tapa había una nota en la que ponía:

Ayer se te olvido pasar por el basurero, seguramente se te olvido, ¿no es así?, estarías muy ocupado metiendo las narices donde no te llaman en los contenedores del bosque, para que veas lo generoso que soy te hago llegar este recordatorio. Estoy seguro que hoy no se te va a olvidar venir al basurero. Tú sabrás lo que te conviene.

Ya te haces a la idea de quién soy, ¿verdad?

PD: eres el nuevo número 11”

Volví a meter el trozo de piel y la nota en la caja y luego la escondí en el armario, ahora sí que no tenía otra opción…

BLOODY VENUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora