Ya me había acostumbrado a salir a Wambear casi todas las noches, y aquella solo era una más.
Cuando llego la hora cogí el abrigo y salí a la calle para dirigirme al punto de encuentro donde ellos me estaban esperando.
Esa vez nos dirigíamos al Holiday Night, un local en las afueras, la verdad es que el nombre suena bastante atrayente, pero creerme creedme no lo es. No es más que un tugurio lleno de niñatos ricos que se escapan de sus casas para poder ir a emborracharse.
Hicimos las maniobras de apropiación de siempre; chocarte con una persona y aprovechar para robarle el móvil o directamente esperar a que acaben todos borrachos por los suelos para quitarles sus pertenencias, nada del otro mundo.
Pero aquel día fue distinto. Estaba ocupado en mis cosas, cuando de pronto, unos hombres se acercaron a mí. No eran los típicos niñatos que frecuentaban aquellos sitios. Eran enormes e iban de negro, llamaban mucho la atención, los había avistado hacía rato pero pensé que era preferible pasar de ellos. Entonces uno de sus musculosos brazos agarró el mío y me dio la vuelta de modo que me giré hacia él, eran dos. Con la otra mano, el tipo que me tenía agarrado, me cogió por el cuello y me dijo:
– Te vienes con nosotros.
No me podía mover, el otro tío me había atado las piernas sin que me diera ni cuenta de lo asustado que estaba, a pesar de todo intentaba mantener la calma, pero me esperaba lo peor. No grité por no llamar la atención de los seguratas y que descubrieran a mis compañeros, simplemente intenté moverme mucho para que me vieran mis amigos pero aquel local estaba abarrotado de gente y la música sonaba demasiado alta. Entonces, en uno de mis intentos fallidos por liberarme, el que me había atado a las piernas me levantó y me cargó a su espalda para llevarme fuera. La verdad, sigo sin entender como nadie se dio cuenta de lo que pasaba. Supongo que habría demasiada gente o todos estarían muy metidos en sus asuntos, por un momento hasta pensé que todo era una conspiración para que esos hombres me atraparan. Estaba paranoico.
Una vez fuera del local me tiraron al suelo, me ataron las manos a la espalda y me vendaron los ojos. Lo último que vi antes de quedarme tan impotente fueron unos contenedores de basura, sé que suena estúpido pero había algo en ellos que llamo mi atención, no eran como los que hay por la ciudad, eran distintos, pero ya los había visto antes. Y allí estaba yo, pensando en los putos containers cuando de golpe empezaron a lloverme patadas. Algunas en el estómago, otras en la espalda, hasta llegaron a agarrarme del pelo y estampar mi cara contra el asfalto. Podía sentir como caían chorretones de sangre por mi cara, algunos emanaban de la frente, otros de la nariz. Yo no dejaba de retorcerme y gritar de dolor, ya no podía contenerme para que no pillaran a los demás, era inútil, los alaridos salían de mí y no podía contenerlos. Y cuando pensaba que ya no podía aguantar ni un minuto más consciente, los golpes pararon y otra persona me agarró y me llevo a algún lugar extraño. Seguía con la venda en los ojos, por lo que no podía ver nada, simplemente noté como me subían a algún sitio y de pronto sentí mucha velocidad, estaría subido en algún vehículo, entonces sentí como mi cuerpo se desplomaba sobre la carretera y me quedé inconsciente.
Cuando al fin recuperé la consciencia, ya me habían quitado la venda de los ojos. Me encontraba sobre una cama, me habían desatado por completo pero las heridas apenas me permitían moverme. Intente levantarme, pero no pude; así que con gran esfuerzo gire la cabeza hacia un lado para ver la habitación; era como la de una niña de 6 años, solo que parecía estar destrozada, todos los muebles estaban rotos, y la pared, que por unas partes era rosa y por otras era azul, estaba llena de manchas hechas por el fuego y hasta me pareció ver agujeros de bala.
Al fondo había una silueta humana que estaba de espaldas a mí, parecía una chica. Sí, era una chica, la verdad es que no veía nada bien, apenas podía abrir los ojos. Entonces la silueta se movió y se acercó a mí para decirme:
– Ya era hora de que te despertaras. – Si, definitivamente era una chica, tenía una voz muy dulce y dijo aquello con suma delicadeza. – Por un momento pensé que te había matado.- Continuó aliviada pero riéndose, cosa que me extrañó. Entonces, me intenté incorporar de nuevo, mientras con gran esfuerzo pronuncié las siguientes palabras:
– ¿Qué ha pasado?
–Sssh, mejor será que no hagas esfuerzos. – Entonces me di cuenta de que estaba lleno de vendajes. – De todos modos no te preocupes por eso ahora, solo intenta ponerte bien, ¿Vale?¬– No respondí porque realmente lo único que quería era descansar así que simplemente me quede inmóvil. – Prométeme que te pondrás bien, prométemelo. – Seguí sin decir nada. – Prométemelo, porfi, yo quiero que te pongas bien. – Parecía realmente preocupada por mí, no podía tener nada que ver con aquellos hombres así que hice un esfuerzo y dije:
–Me pondré bien, te lo pro...–
–¡Te he dicho que no hagas esfuerzos! – Me interrumpió, la verdad es que me resultó gracioso, pero esa tía no estaba bien de la cabeza, a pesar de todo se quedó más tranquila después de oír eso. Hablaba como una niña pequeña, pero por su aspecto tendría más o menos mi edad.– Tendrás muchas preguntas...¬– Dijo mientras se arrodillaba al lado de la cama para que pudiera verla. – Pero lo mejor será que ahora descanses un poco, lo único que tienes que saber es que no te voy a hacer daño... Supongo que no puedo hacer que me creas, he intentado curarte, yo no sé hacer eso pero te he lavado y te he puesto muchas vendas. Espero que no te importe que te haya visto medio desnudo... Pero bueno, eso no es lo importante ahora. Antes de nada, quiero que sepas que yo te he salvado cuando esos hombres te estaban atacando, y que cuando te has desmayado ha sido porque te me has caído de la moto cuando huíamos, lo siento... Bueno, me tienes que perdonar por eso, porque al fin y al cabo te he salvado la vida. De nada. – Y se levantó para irse a seguir haciendo lo que hacía antes de que me despertara, pero antes se dio media vuelta y me dijo:
– Por cierto, soy Kate, encantada.
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BLOODY VENUS
Mystery / Thriller"Ni a 400 metros bajo tierra habré caído lo suficientemente bajo como para dejar de luchar, por que cuando se esta tan lejos de el cielo ya no se le tiene miedo a caer y ya no me queda nada por perder, pues ya no me basta con salir de aquí con vida...