(someone else's) babyel romántico coche que cargaba con lee minhyuk y su querido lee hoseok, reproducía una melodía que, nostálgicamente y sin querer darse cuenta, tocaba el corazón del menor.
su mejilla derecha estaba hundida en su brazo que se encontraba apoyado en la puerta del automóvil, dejando que el viento que atraía la velocidad con la que andaban, acariciara su rubio cabello al ritmo de la música que le agujereaba el alma.
no debía, y no quería llorar, pero algo le cosquilleaba la garganta, alertándole la marejada que podría ocasionar su corazón si aquella canción no se detenía pronto.
adoraba la (ahora borrosa) vista que tenía por delante, verde y colores similares al arcoíris que es afortunado de observar cada vez que en su hogar la lluvia cesa, llenando el cielo de colores.
en ese mismo instante él sería la lluvia, y las flores delante de su ojos, serían el arcoíris.
casi sin moverse para no llamar la atención de su pareja, restregó su nariz en el frío chaleco que vestía, deseando nunca haber dejado que otra persona le llamara bebé.
la respiración de lee minhyuk había pausado, y de pronto se encontraba por encima de las nubes, soñando otra de esas cosas que pronto no podría recordar, siendo víctima de su bloqueo mental.
al darse cuenta, el mayor de la pareja lee sonrió al ver cómo la mejilla izquierda de su bebé mostraba una pequeña curvatura a ojos cerrados, anhelando aquel, estuviera soñando con él.
la vacía carretera se comenzaba a encontrar con las naranjas nubes que indicaban comenzaba a hacerse tarde.
lee hoseok apuraba el paso del automóvil para llegar pronto a su destino.
la incómoda expresión de minhyuk, le alertaba que su mala posición al dormir le estaba haciendo daño a su cuerpo, frotando sus ojos sin saber que ya estaban casi en su destino, olvidando todo lo que habría pasado por su mente mientras había estado insconcientemente imaginando.
estiró sus brazos, tratando de despertar mejor, e inmediatamente giró su cabeza observando a su lado, encontrándose con la dulce sonrisa de hoseok, quién le habría preguntado si había descansado bien, a lo que asintió y apretó suavemente su mano derecha, aún posicionada en el manubrio del vehículo.
su olfato comenzó a reconocer un dulce olor a pasteles y café, haciendo juego con el tranquilo pueblo que los encontraba recibiendo.
bajaron del auto tras finalmente haber llegado a la cabaña que el mayor de la pareja habría reservado para ambos, estirando ambos sus extremidades, agotados.
tras haber terminado de ordenar todo lo que llevaron consigo para pasar sus días juntos, cuando la luna habría llegado a iluminar la oscuridad en la que se encontraban, hoseok le pediría a minhyuk que vistiera formal, estando seguro de que su bebé adoraría el lugar al que los llevaría.
el blanco traje de hoseok, y el traje negro de minhyuk, los complementaba de una manera inimaginablemente tierna, sin querer llegar a ser tan empalagosos.
el automóvil que los llevaría a ese elegante lugar, habría estado esperando a la pareja unos minutos fuera de la cabaña, mientras aún arreglaban sus trajes y sus males, besándose antes del desastre en el corazón de minhyuk.
la entrada del lugar los recibía de manos entrelazadas, minhyuk y sus ojos, fascinados por la elegancia del lugar.
sin dudar un segundo, le agradeció a hoseok por su invitación, plantando un dulce beso en su mejilla, pensando en lo afortunado que podría ser, si su corazón estuviera por completo.
adoraba la forma en que hoseok le observaba mientras hablaba de los recuerdos que tenía sobre aquel lugar, pero aquello no llenaba su alma.
comenzó una suave balada tras haber recibido la entrada de su comida, encantado de lo bien que los artistas lucían tocando sus instrumentos, prestándole atención a aquellos, intentando tararear alguna olvidada canción que alguien le habría enseñado.
la risa de su pareja le sacó de las nubes, contagiándole y ruborizándose, sin haberse dado cuenta de que casi estaba cantando con aquellos en el pequeño escenario.
sorprendido, minhyuk asintió alegremente y tomó la mano de hoseok, luego de haberle contado que al momento de escuchar una pequeña campana, los visitantes del restaurante podrían bailar al ritmo de la melodía que presentaran.
la dulce frutilla a mitad de la boca de minhyuk y el amargo chocolate que hoseok dirigía a sus labios, se interrumpieron por aquel sonido del que hoseok le habría hablado a minhyuk, invitándole a bailar junto a él.
la tibia mano de hoseok tomó la suya y minhyuk sintió su sangre congelarse.
la carismática melodía le habría llevado de vuelta al momento en que sus ojos casi comenzaron una torrencial lluvia unas horas atrás, recordando el porqué sentía una aguja en su corazón.
los fuertes brazos de hoseok no lograban sostener su corazón ni aunque quisiera, el ritmo que los llevaba a aquel baile, ni siquiera le removía el alma de la forma en que lo hacía la persona que se encontraba danzando frente a él, con una hermosa mujer.
era aquella melodía que lo traía de vuelta a él.
su cabeza no dejaría de dar vueltas, lee minhyuk giraba al ritmo en que lee hoseok le dirigía, pero sólo era capaz de sentir como su alma había vuelto a aquel septiembre.
los afilados orbes de aquel quién le había robado el último sincero suspiro proveniente desde el fondo de su alma, habrían encontrado a la luna que por mucho tiempo, iluminó sus oscuras noches.
los movimientos que dirigían el gelatinoso cuerpo de minhyuk, le pedirían que parara y corriera a lee jooheon, la única persona que dejaría le llamara bebé.
habría olvidado el espacio y el tiempo en el que estaba, su corazón se encontraría en cada uno de aquellos días en que lee jooheon habría permanecido a su lado, tomando de su mano sin soltarle un momento.
el celeste cielo que se encontraba encima de ambos, el trigo amarillo que escondía sus cuerpos del mundo, sus manos entrelazadas y sus brillantes risas resonarían en la cabeza de ambos, deteniendo por completo el momento en el que se encontraban.
minhyuk no sería capaz de oír nada más que la melodía que lo llevaría de vuelta a esos profundos pozos llenos de miel y los fuertes latidos de su propio corazón.
pero él, ya no podría volver nunca más a aquel momento en el que tuvo a lee jooheon.
lee minhyuk ya era el bebé de alguien más.