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-¡Disculpa! ¡Señorita hermosa!-

Sus ojos me encontraron por encima de su hombro, pero contraria a una mirada de desprecio, era más como en el sentido de una seducción muy discreta. Trago pesado ante esos ojos, bien lo podría poder de rodillas solo con esa mirada, hasta que ella termino de girar viéndolo completamente.

Al notarlo rápidamente salió del agua con movimientos apresurados poniéndose la bata que dejo sobre la arena a la orilla y comenzando a caminar sin prestarle atención a los que pasaba a su alrededor.

-¡Espera!- decidido intento detenerla. Pero parecía realmente asustada- Solo quiero hablar- alcanzo su brazo

-No me toque- le dio un mantazo y se alejó más

-No voy a hacerte nada, solo quiero...-

-¡Odio a los hombres!- grito muy molesta

[¿Que?]

Se detuvo, muy sorprendido por ese grito que resonó más que las olas del mar, solo la vio marcharse con pasos rápidos casi corriendo, no había conseguido nada incluso termino peor de lo que esperaba, por primera vez mostro interés en alguien y esta se estaba desvaneciendo como sus huellas sobre la arena.

¿Por qué sentía como si perdiera algo importante?

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Al día siguiente

Se encontraba de un humor más que terrible, ese día poco le importo entrar a clases no estaba de ganas de aguantar nada, mucho menos a algún idiota del salón hablando estupideces obscenas, así que en el camino hacia la escuela se desvió, podía sentirlo en la brisa se acercaba una tormenta, entonces fue costa arriba, tenia un lugar donde podía disfrutar esos momentos, justo donde las olas golpeaban las rocas y solo llegaban unas cuantas gotas de agua a mojarle el rostro, el lugar perfecto.

Se sentó en la orilla mirando al mar que estaba bastante agitado.

-Señorita sirena...buenos días- dijo al aire- Hoy no tengo muchos ánimos pero como siempre verte me hace muy feliz- Las olas ya le estaban relajando -Sabes siento que perdí algo importante, como esas oportunidades que solo te llegan una vez pero no te sientes lo suficientemente listo para tomarla y te agarra con la guardia baja, sabia que no sería fácil pero nadie dijo que se sentiría tan solitario-

-¿Con quién hablas?-

Casi brinca del susto no la escucho acercarse, nunca nadie lo había sorprendido a mitad de una plática, porque nadie se acercaba a la playa cuando se preveía una tormenta, por la altura no podía reconocer quien era además que traía una capucha de una sudadera muy gruesa pero claramente sabia que era una mujer por su tono de voz que aunque era profundo sonaba femenino además de las piernas que sobresalían de esa sudadera, pocas veces había visto algo así, en su muslo izquierdo se extendía un tatuaje a color de olas del mar por donde surcaban lindos peces koi color anaranjado, casi que le parecía familiar.

-¡¿Qué haces aquí?! No es de buena educación espiar a las personas-

-Me gustan los días de lluvia- se sentó a su lado, pero a una distancia considerable

-No te invites sola- fue a ese lugar para estar solo y no aguantaría a nadie

-El mar está muy agitado-

A regañadientes acepto tenerla ahí- Casi no se puede ver la espuma del mar-

-¿Y eso porque es importante?-

Espuma de mar || OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora