5.

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Volvió a sentir la fuerza en los brazos para levantarse y mirar a su alrededor en busca de una señal de ella, poco después la enfermera entro a la habitación.

-Veo que despertaste ¿Cómo te sientes?-

-¿Cuánto dormí?

-Casi todo el día vine hace un rato, pero lo mejor era dejarte descansar así que me marche de nuevo-

-¿Y había alguien más? Una chica, tal vez-

-¿Una chica? No, no había nadie-

Miro la ventana esperando verla se acerco a ella observando el patio trasero, busco el seguro de la ventana para poder ver mejor afuera.

- Esa ventana no se abre- respondió la enfermera sacando unos frascos del estante - Los alumnos solían colarse por ahí así que la clausuraron-

Estaba anonadado-¿Hace cuánto?-

-Desde el año pasado-

-¡Eso es imposible! la acaba de...- se detuvo al ver la cara de sorpresa de la enfermera, no era su intención gritarle

-¿Estas bien?- pregunto suavemente la mujer

-...Si, fue solo...- no sabía cómo explicarse porque ni él se entendía

-Tomate estas vitaminas antes de dormirá para que te sientas mejor- le entrego una bolsita- Las clases terminaron así que vete a casa a descansar otro poco y así no tengas ningún problema mañana, también- le entrego una note- presenta esto con tus profesores para que no tengas ningún problema

-Si-

Recogió su mochila para volver a casa, en la escuela quedaban muy pocos estudiantes así que aprovecho para dar una vuelta alrededor del edificio, desenado poder encontrarla y que no solo quedara en un mal juego de su mente por haber visto cosas que realmente no estaban ahí, pero al o tener éxito de verla le quedo regresar a casa, claro, por el camino más largo incluso se paso llegando hasta la playa porque no se sentiría bien sin revisar primero, solo que tampoco había nada fuera de lo habitual, algunas estudiantes paseando o una que otra pareja a la orilla, cosas cotidianas, pero ni el más mínimo rastro de ella, así que volvió a casa.

Tras ese último encuentro no volvió a verla, se había marchado junto con la lluvia que, tampoco tocado la costa en los últimos días, mágicamente vino y así como llego se desaparecido, de vez en cuando caminaba por la orilla revisando los lugares donde se encontraron sin ninguna señal para encontrarla, volvía al inicio donde no sabia nada. Regresando a casa con un peor animo con el que se había marchado, la poca esperanza que aviaba sus ganas de encontrarla desaparecía poco a poco con cada día, indicándole que era el momento de rendirse, no podía seguir aferrándose a una ilusión que su mente no quería admitir.

Se acostó como cualquier otro día, autoconvenciéndose de que se diera por vencido, pero esa noche algo estaba diferente, no sabia si era el brillo de la luna, la suave brisa fría que entraba por la rendija de su ventana o el silencio que lo abrazaba, que esa noche durmió con un paz que no había sentido en mucho tiempo, recordándole la vez que durmió con ella casi como si estuviera en su cama, ante la idea despertó rápidamente notando como el cielo comenzaba a iluminarse aun lleno de nubes grises y el suave golpeteo sobre el cristal que solo indicaba un cosa, la lluvia había vuelto. Salió de la cama pegándose al cristal verificando que no era un sueño, de verdad estaba lloviendo afuera, casi como reacción se cambió de ropa aún más abrigadora, cargo sus tenis hasta la entrada para no hacer ruido porque su abuela aun dormía, corrió hasta la playa, algo le decía que podría estar ahí por lo que se dio prisa entra las calles mojadas y el frio que golpeaba su rostro aun así sentía un calor calmándole el pecho.

Espuma de mar || OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora