Matrimonio#5: Planeando malentendidos

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Luego de casi siete años de sueños repetitivos sobre cómo sería su matrimonio con Teru Minamoto, fue una experiencia nueva volver a soñar con algo que no fuese recuerdos borrosos sobre su muerte.

Había extrañado lo absurdo que podía ser los sueños.

Por eso no le tomo importancia de como llego a cambiar su postura en el futon al despertarse a la mañana siguiente.

Estaba relajado por primera vez en mucho tiempo.

*Bostezo*

Se cubrió la boca para evitar salir un bostezo sin mucha suerte.

Con mucho cansancio él se arrastró hacia la pequeña maleta para otra pastilla antidepresiva, aprovechándose por completo la ausencia de Aoi y su discurso sobre su dependencia a estos.

Él estaba tan centrado en buscar el frasco de medicamentos, que no noto como la otra persona del shikibuton se despertaba por sus movimientos.

No hasta que esa persona lo llamo por su nombre.

- Amane-san – Hablo voz del alfa ya sin rastros de sueño.

- Hick – Se detuvo por completo al escuchar su nombre salir de la boca de su esposo.

El cual no esperaba que se encontrara a tan solo unos centímetros de él.

Incluso el frasco marrón de medicamentos que sostenía, se le resbalo de sus manos y rodo hacia el kakebuton.

Él asegura que ambos sostuvieron la mirada por un minuto entero.

Un minuto en la que ambos no sabían que hacer en esta situación.

El primero en romper la mirada no fue nada más que Teru para ver de qué se trataba el medicamento que yacía a unos centímetros de él.

Al leer la etiqueta del frasco, sus ojos se abrieron de manera desesperada por lo que veía.

Mientras que Amane se sentía avergonzado de lo que estaba pasando en estos momentos.

En un intento desesperado, él se lanzó para tomar el frasco de pastillas lejos de la vista del alfa, pero este fue más rápido y tomo el medicamento antes que él.

- Amane-san ¿Puedo preguntarte algo? – Pregunto casualmente el alfa. A pesar de sentir su mundo desmoronarse, el omega asintió. – Hay más de esto, ¿no? –

No era una pregunta, era una confirmación.

Entonces, ¿Para que preguntar si ya sabía la respuesta?

- Y-yo puedo explic-carlo – Intento justificarse el omega.

Su padre siempre le advirtió sobre que nadie debía de enterarse sobre los medicamentos, él sabía que era jugada peligrosa traerlos a la casa de su marido, pero no creía aguantar esta pesadilla sin ellos.

Pero, ¿No era hipócrita?

Decir que estaba listo para repetir el dolor que le esperaba.

- ... ¿Amane-san? –

Sin embargo, siempre temerle al dolor por tan pequeño que sea.

Tal vez Aoi tenía razón sobre que su dependencia hacia ellos solo le traería problemas en el futuro.

- Amane – Hablo de manera seria Teru sacándole de su trance.

Ni siquiera se había dado cuenta que el alfa se encontraba abrazándole en lo que soltaba feromonas para tranquilizarlo.

- Esta bien, no tienes que asustarte – Le aseguro Teru.

El omega no dijo nada al respecto, solo acepto el consuelo en silencio.

Hasta El Segundo Matrimonio Fue FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora