〰️CAP. 27 "Determinación"〰️

174 41 30
                                    

Levitado de mi ser en resplandor, me percibo repentino. El arrullo de mi canto desesperado envuelto en mi inquebrantable fe en esta procesión, debe dar resultado.

Nunca dejé de dudar que la máxima expresión de redención que uno pueda ofrecer, es amar por sobretodo.

Porque estoy dando todo por mi amado, por morar junto a su lado y que se interpreten las verdaderas razones de esta reunión.

Mientras el polvo se levanta a mis costados por la irascible contienda imprevista producida, se escuchan gritos de batalla a lo lejos. Pero solo reconozco una voz por encima de todas los sonidos... Una voz desgarrada entre lamentos y que a cada segundo que transcurre, provoca un recóndito desasosiego.

Mi Dāeva, abatido e hincado en la fina hierva, humedece el suelo fértil con cuantiosas lágrimas producto de mi supuesta partida, exponiendo ante cualquiera su verdadera faz aunque no quiera...

Un Demonio en afección, luchando con todas sus fuerzas por no hervir en la ira contenida de su propia naturaleza. Apretando sus nudillos hasta enterrar sus propias uñas como en una especie de castigo divino para reemplazar, de algún modo, el tremebundo dolor en su pecho.

Acciones desesperadas de alguien que no sabe cómo contenerse y lograr, aunque le cueste su propia vida, no perder al que le dio viveza e hizo pulsar aquel órgano que creyó muerto hace largo tiempo.

Los guerreros alados que sostienen sus brazos a los lados, aflojan la toma ante tamaña impresión... Impresión de ver al máximo exponente de la maldad sobre la faz de la Tierra, desaguar en clamor por un simple cuerpo celestial.

Poco a poco mis sentidos, que se recubren del halo de mi Señor, van volviendo a mí dominio. Y percibo, luego del trance en resplandor, que apoyo los pies sobre la hierva fresca.

Y agudizando mis oídos ante el ambiente circundante, escucho su abatimiento, mi llamado entre quejidos, y el pedido exasperado por mi retorno a su lado.

—N-no... t-te... a-atre... vas a d-dejarme... —susurra cabizbajo y entre lloros, apoyado en sus manos mientras arrastra su cuerpo en constante gimoteo —. R-realmente... t-te... a-amo... maldito alado —susurra finalizando en un incesante llanto ahogado ante la expectativa de todos.

Discierno la pausa del espacio y tiempo a mí alrededor, mientras toda batalla (sin causa) ha frenado de manera repentina. Simplemente, se ha parado toda acción y consecuencia, centrando toda la atención de los guerreros en este acto del más puro amor.

Paulatinamente regreso a mí dominio y puedo mover -aunque sea- un poco mis manos... manos que queman y arden por rodear tu afligido cuerpo.

Mi habla se encuentra privada, por el momento, pero mi entendimiento perfecto. Entonces, te reclamo por intermedio de ellos y luego sucede el milagro...

Alguna especie de intervención sobrenatural y de origen divino, ya que elevas tu cabeza como absorto de escuchar mis pensamientos revoloteando sobre los tuyos.

Pasmado, te elevas despacio ante la suelta de la toma de tus brazos mientras el silencio sepulcral que rodea nuestros cuerpos es tan intenso, que solo se puede escuchar el latir desenfrenado que proviene desde nuestros pechos.

〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️

Nunca pensé que siendo el Señor del todo lo puedo, terminaría clamando por el amor de un cuerpo celestial ante su Amo.

Pero es que es totalmente injusta esta redada incomprensible: el atraco de los alados o de mis súbditos... Y ya no me quedan fuerzas para dictaminar su frenado más que caer en completa derrota y desolación.

Porque luego de controlar mi explosión ante este inminente ocaso, me consumió un bajón reinado por lamentación... Y es que ¡Maldita sea! La aflicción que me desangra por dentro, nunca la viví en mi endemoniada vida de Luzbel.

Luego de unos minutos en donde el mundo se me detuvo (aunque no pueda morir mi ser eterno) y dentro de mi congoja y mi lamento, ingresan como palabras llevadas por el viento; tus pensares como marea fresca que reaviva mi sustento.

Y por un efímero momento creí estar equivocado ya que nunca pude leer tus pensamientos. Pero luego de unos segundos, ese eco en mi interior fue interpretado por una melodiosa voz reconocida para mis adentros. Reclamando que te observe, que estás aquí, que no te fuiste y por sobre todas las cosas, que no piensas dejarme...

Entre asombros me incorporo solo con una misión, llegar hasta tus brazos para morir ahí de ser necesario... Solo yo puedo ofrendar mi cuerpo ante tu Señor, y no pienso dudarlo con tal de verte existir con tu mundana humanidad.

Entre tropiezos acerco mi ser ante tu cuerpo que reacciona lentamente, y tus suplicios por no verme llorar se reemplazan por "te amo" reiterados en mi mente.

Mi rostro se empaña en cursis gotas de felicidad, al percibir que conservas tu alma y tu humanidad.

Y al llegar al lado tuyo, recibo tu cuerpo aferrándose contra el mío mientras caemos de rodillas sobre la fina hierva y ante la atenta mirada de todos.

—Te amo mi Ángel... reacciona... estás aquí conmigo —aferro mis manos al dorso de tu rostro mientras enfoco nuestras visiones.

El tiempo parece ir lentamente en cuanto desaparecen los escenarios a nuestro alrededor, quedando solo la fusión de nuestros cuerpos y en donde uno respira por el aire que exhala su otro amor.

—T-te... a-amo... m-mi... D-De... mo... nio —susurras como puedes y con lo que resta de tu habla.

Y forjando nuestro destino, sello tus labios con los míos mientras las lágrimas de ambos se entrecruzan en el final de este sinuoso camino de lamentos.

No sé cuanto tiempo permanecimos ensimismados en nuestro afecto, solo fui consiente de tu mano levantando mi mentón para obtener mi atención ante tu augurio.

—No sufras más amado mío, estoy aquí contigo y no me iré jamás —murmuras sobre mis labios con tu mirada llena de del más puro y profundo amor.

—¿Pero, y todo lo que pasó? Te lo juro, aunque no juré, que nunca tuve intención de iniciar esto. Y encontraré a los culpables de iniciar tal rebelión, eso te lo aseguro —anuncio mi decisión aún sin saber que pasó -realmente- con tu Señor.

—Fuiste tú... Fue tu afección la que me salvó de habitar una vida celestial sin regocijarme a tu lado, mi amor... — anuncias con total seguridad dejándome atónito ante tus vocablos.

—¿Y-yo? —medito por unos segundos hasta que caigo de cuentas que conservas tu humanidad. Y que el hecho de poder leer tu mente solo significa una cosa —¿D-dejaste e-el... reino celestial?

—Dejé todo por tí, mi amor. Porque mi Señor creyó en tus palabras, tus verdaderos sentimientos y la bondad que se pudo observar en el clamor de tus lamentos...

Y sin poder creer del todo mi accionar (pero más ensimismado por el acto de amor más puro de mi Ángel redentor hacia un demonio negro, oscuro y manchado como yo) tomo la mejor decisión que pude tomar en años.

Levantándome, velozmente, para enfrentar a un guerrero de los cielos y así robar su daga celestial y enterrarla en lo profundo de mí pecho...








































WOW ESTO SE PUSO INTENSO😱

AMAR REQUIERE SACRIFICIOS NO?🥺

GRACIAS POR LEER, VOTAR Y COMENTAR🥰

ESTAMOS EN LOS ÚLTIMOS CAPÍTULOS DE ESTA INTENSA HISTORIA DE AMOR😍

LOS AMITO MUCHO❤

"Dāeva" (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora