no sé que hacer con esta sensación de vacío.
no importa a dónde vaya, con quién esté, con que cosa material intente taparlo, siempre está ahí, como un constante recordatorio de que siempre me vas a hacer falta.
camino sólo por las calles en las que solía ir de tu mano y únicamente pienso en las peleas estúpidas cuando llegaba tarde a tu casa, como intentaba besarte para ablandarte y que finalmente me perdonaras.
me lo hacías difícil, pero tarde o temprano terminabas cediendo y sonreías aceptando mis caricias, mientras nos acurrucábamos a ver una película en el sillón o mientras te miraba ponerte las zapatillas para que saliéramos a comprar helado.
creo que eso es lo que más duele, que eras mi compañera. no sólo perdí a la persona que podía besar cuando quisiera, si no también a la que estaba siempre conmigo, sin importar la situación, el día, la hora. sin importar si estabas enojada, si no me querías ni ver, si me pasaba algo estabas ahí al lado mío, sosteniéndome la mano, dándome una sonrisa cálida.
recuerdo los mediodías almorzando en burger king, las tardes en capital, las noches cenando en cualquier lugar, las madrugadas de boliche y las mañanas de despertar juntos, abrazados.
todo lo hacía con vos, ya eras parte de mi rutina, y ahora que no estás me siento descolocado, como si lo que vivo día a día fuera una vida ajena que le robé a alguien más.
como si algún día fueras a volver.