volví a perderme después de eso, casi por costumbre. mis amigos me notaron distraído pero no preguntaron y en ese momento los quise muchísimo porque ¿cómo iba a expresar el torbellino que únicamente verte había causado en mí sin que sonara tan patético como verdaderamente era? ¿cómo iba a ser capaz de explicar aquello que ni yo entendía pero que era tan importante que me carcomía los sesos y me dejaba parado, en el medio de la ducha, con el agua corriendo y las lágrimas mezclándose? y tus manos recorriéndome en mi imaginación, arañándome para ser capaz de sentirlas aunque muy dentro de mi sabía que vos ya no estabas y no ibas a estar nunca más.
me tragué las lágrimas y miré para otro lado, porque ya estaba acostumbrado y porque sabía que cualquier otra reacción iba a hacer las cosas más difíciles, y si había algo que no necesitaba era extrañarte más.
y una mañana me voy a levantar, y voy a estudiar, a juntarme con mis amigos, voy a cocinar o a ver una película, y en la noche me voy a dar cuenta que no te pensé en todo el día. y así va a pasar el tiempo hasta que ya no aparezcas abruptamente en mis pensamientos cómo soles hacer y quizás, por muy descabellado que suene, algún día sólo seas un lindo recuerdo de una adolescencia rebelde, mi primer amor y mi primer corazón roto, mi primera sonrisa entremedio de un beso y mi primer sollozo bajo la ducha.
porque en algún momento esta herida va a sanar y los poemas no van a tener tu nombre, y voy a poder escuchar mi banda favorita sin esa punzada en el estómago y el nudo en la garganta, incluso, voy a poder viajar en la parte de atrás del colectivo y sonreírle a la vida porque pensarte ya no duele.