Mordida // Larry Stylinson ☁️

ᴄɪɴᴄᴏ

Al día siguiente, Harry se levantó muy temprano. Niall se había quedado a dormir en su casa y estaba pasmado en el colchón. El rizado se decidió por levantarlo al horario normal, pero él mientras tanto debía hacer otra cosa: Arreglarse.

Se baño rápidamente y se colocó el uniforme, este le quedaba algo chico, pero no tenía suficiente dinero para comprarse otro. Intentó peinar sus rizos para que quedaran perfectos. Quedaron decentes, pero algo era algo. Trató quitarle a sus zapatillas un pedacito de tierra seca que se acumulaba en un sector y que era casi invisible.

Ni siquiera él sabía porque se arreglaba tanto para ir a la escuela, no tenía nada que ver con ver a Louis, pff, para nada.

Despertó a Niall cuando ya era la hora. Éste se levantó demasiado sobresaltado y pegó un cómico chillido. Harry se burló por eso el resto del tiempo que estuvieron en su casa.

Desayunaron a las apuradas y salieron para la escuela. Harry tenía una enorme sonrisa que mostraba sus hoyuelos en todo su esplendor.

Tenía pinta de ser un gran día.

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Como siempre, al inicio hubo una larga clase de matemáticas muy aburrida. Niall casi se duerme allí y Harry le tomó algunas fotografías para burlarse después tal y como Niall había hecho toda su vida.

Sonó el timbre de receso y Harry se emocionó cómo un niño ilusionado. Quería ver a Louis, de verdad quería verlo.

Harry no perdió el tiempo y fue directamente al rosal donde se suponía que debía estar el ojiazul. Al llegar, escaneó el lugar con la mirada y sí. Ahí estaba Louis. El ojiazul tenía un ramo de rosas en la mano y las miraba pensativamente. Harry tomó aire ruidosamente y se acercó hacia él.

Cuando Louis se percató de su presencia, se puso inmediatamente de pie, en frente de él. Harry llegó y le sonrió, ambos estaban frente a frente, mirándose.

—Hola... —dijo Louis, con una timidez muy extraña en él.

—Hola...

—Hola —repitió Louis con algo de diversión.

—Hola —contestó Harry sonrojado, largándose a reír.

Louis rió bajito.

—Somos unos idiotas.

—Sí lo somos —afirmó, notando las arruguitas en los ojos de Louis al sonreír

Louis suspiró y jugueteó con el ramo en sus manos, en señal de nerviosismo. Luego levantó la mirada y vio a Harry con ojos penetrantes.

—Mhm, son para ti —murmuró Louis, entregando el ramo con algo de duda. Harry sonrió encantado.

—Gracias... —dijo con timidez, tomando el ramo con sus manos—. Son hermosas.

—Me alegra que te gusten —dijo bajando la mirada. Se lo veía avergonzado.

Se quedaron un rato sumidos en un silencio bastante incómodo. Harry se sentía muy halagado y también algo abochornado por la situación. Pero le gustaba mucho lo que estaba pasando.

—Uhm, ¿Te quieres sentar aquí? —ofreció Harry con duda. Louis lo miró desconcertado y luego reaccionó, riendo como un idiota y sentándose junto con él.

—Lo siento, quedé algo tonto —comentó riendo nerviosamente, dejándose sentar en el pasto.

—No... No pasa nada —dijo Harry, no muy seguro de cómo responder a eso. Se sentó también junto a él y ambos rieron nerviosamente. Ambos se sentían unos estúpidos, pero estaba bien.