El Pueblo maldito

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Capitulo 9

Las estrellas brillaban en medio del cielo nocturno, guiando el camino de un grupo peculiar. Los cuales caminaban por lo senderos de tierra resistiendo la nueva temperatura de la estación de verano.

—Cuanta humedad—,exclamó exhausta la exterminadora.

—Es normal, el verano llego—, aclaró el monje, mientras caminaban.

—Descancemos—, propuso la Sacerdotisa.

Enseguida todos se detuvieron cayendo al suelo cansados, a excepción de un Hanyou tranquilo, que se sentó sin refunfuñar.

—Ls noche será más cansada que el día, será mejor descansar hasta mañana—, propuso la Sacerdotisa.

—Debemos seguir adelante—,contradijo la exterminadora.

—Estas exhausta, si seguimos adelante no podrás pelear, y peor aún si nos encontramos con las extenciones de Naraku—, aclaro mirando fijamente a la exterminadora.

—Tsk, está bien—, acepto la exterminadora, dándole la espalda a la Sacerdotisa.

—Sango, ten paciencia—,hablo el monje inténtalo consolar a la exterminadora.

—Ya se, pero cada vez que pienso, lo que Naraku está obligando a hacer a Kagome, la impotencia se apodera de mi—, hablo aparentando sus puños.

—Lo sé—, suspiró,—Pero debemos ser más juicioso y no impulsivos, así podremos salvarla—, consoló el monje.

—Entiendo—, asintió la castaña, recostando se en el suelo, acurrucándose de forma fetal.

—¿Cuánto falta para llegar al río de las memorias?—, pregunto Inuyasha tomando la mano de Kykio.

—Un poco, si logramos cruzar el pueblo a la entra del monte de las animas, estaremos más cerca del río de las memorias—,soltó sentándose a lado de Inuyasha.

—Entonces, nos falta 2 Días de viaje—, comento el híbrido.

—A paso lento—, respondió la Sacerdotisa.

Esto fue escuchado por la exterminadora que solo pudo apretar su agarré, pero tenía una una solución para adelantarse a los días de viaje.

******

En una habitación lujosa, se encontraban un par de ojos rojizos siendo acompañados de otro par de ojos morados en una inmersa oscuridad, siendo la única luz de luna tenue que iluminaba la habitación oscura.

—Tan ingenuos—, comento irónicamente el azabache.

—Qué esperabas, todos añoran la libertad—, comento con una sonrisa serena.

—¿Tu también?—, pregunto el azabache fijando su vista en la mujer frente a el.

—No necesito tal cosa como libertad, mientras pueda deshacerme de Kykio e Inuyasha me da igual lo demás—, comento con una mirada llena de odio.

Una sonrisa peligrosa y satisfactoria surco en los labios del azabache que sonreía, amaba como el dolor hacia de las suyas en los corazones de los demás, sembrando la semilla del odio y venganza.

—Me alegra saber de tu lealtad hacia mi—, comento con un tono ironíco.

—Es más que obvio, tu vida y la mía están entrelazadas—, comento,—Si tu mueres yo también lo are, y no planeo morir hasta que vea a esos dos hundirse en el mismo infierno—, comento cerrando sus puños.

—Ademas—, agrego el azabache, haciendo aparecer una cadena de oro que unia los pies de ambos, con fuerza tiro de dicha cadena, provocando que la chica cayera en su pecho.

renacer entre las cenizas(sesshomaru Y Kagome) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora