Kageyama es especial, pero sabía que estaba destinado a la soledad, cuando conoció a Hinata, creyó en las palabras y comenzó a soñar con estar a su lado... Pero el destino siempre tiene otros planes.
⚠-El Fanart NO me pertenece, créditos a su verdad...
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Lo descubrió una tarde, mientras estaban en el club.
Podía ser irónico, pero entre ellos estaban conectados.
La emoción que sintió fue inevitable, quería saltar sobre él y besarlo hasta el fin, por primera vez, su destino estaba al alcanze de sus manos. Se sentía invencible, el tener al rayo de sol para él, era aquella sensación de nuevo.
Su corazón latía con fuerza, parecía querer explotar en su pecho, su cabeza repetía: "Podemos, nosotros podemos.", cómo un salmo, queria gritar y después saltar como lunático.
Se limitó a felicitar a Hinata por el remate, ignorando las miradas extrañadas de todos en el club, dio media vuelta para salir del gimnasio. Estaba feliz, de nuevo sentía el agradable calor en su pecho.
Quería ir a ver a su abuelo y contarle todo con pelos y señales.
Y quizá enviar una carta a China...
Sacudió la cabeza para tratar de borrar eso último de sus pensamientos, llegó a casa y Miwa lo vio extraño, quizá porque desprendía una obvia aura de flores, o por la sonrisa de idiota en su rostro.
Puede que por las dos.
Fue hasta ella y la cargo en brazos, haciéndola gritar para que la bajará y dejará de actuar como estúpido. Cuando lo consiguió lo sujetó de los hombros, zarandeandolo.
-¿¡Quién eres, que hiciste con nii-san?!.-Gritaba.
-¡Miwa, soy yo!.-Sujeto las delicadas manos de su hermana.-"Esa noche Vera carrigan hizo de Robin un hombre, pero él no estaba muy seguro de querer ser el hombre en el que se convirtió."
Citó a Sarah Lark*, con lo que su hermana lo soltó, aún con leve sospecha.
-¿Qué pasa contigo?.-Quiso saber.
Sonrió, suave como los pétalos de los tulipanes.-Estamos conectados.
Y Miwa no necesito más.
Sólo le preocupaba el corazón de su hermano, no quería verlo triste otra vez.
