Cambiando nuestro destino.

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Los días pasan, y el tiempo no perdona a nadie.

Eso Tobio lo sabe muy bien, los mundos en donde se adentra, con héroes hechos de sueños y tinta, en un mundo de papel y aroma a pergamino, lo ha llevado a saber que el tiempo no espera.

Es interminable, eterno y enorme, pero aún así, no perdona a nadie para nada, ni a los corazones enamorados, ni a las personas que no tienen valor.

En ese lugar, estamos tú y yo sonriendo el uno al otro.

Sus audífonos reproduciendo Peter pan, mientras caminaba con una caja de leche en dirección al gimnasio, ahora siendo de tercero y el vice capitan, las cosas habían cambiado. La relación con Inarizaki se hacía tensa, sobre todo con Hinata en un no-noviazgo con Atsumu, todo se tornaba gris ante los ojos de Kageyama, los brillantes colores que había tenido en su mundo, habían caído.

Se puso el uniforme de gimnasia, sin prestar real atención a lo que Yamaguchi decía, sólo sabía que Tsukishima miraba con una media sonrisa la mano del chico, que estaba adornada con un anillo con una estrella. La música no estaba, pero podía escucharla en su cabeza, las palabras pintando un mundo de acuarelas.

-Aunque perdamos, borremos las palabras tristes, este no será el final de nuestra historia, no somos los cuervos que no pueden volar, somos los cuervos que renacieron para alzar las alas y tomar terreno.-Todos estaban impactados con sus palabras, hasta él mismo, se ruborizo antes de carraspear.-Lo que digo, aún con las dificultades, aún con los otros equipos, demos lo mejor de nosotros.

Los nuevos miembros no tardaron en aplaudir emocionados, incluso algunos comentaban lo atractivo que era, junto algunas chicas. Hitoka reía de eso, mientras le explicaba a la nueva ayudante.

Mientras las manecillas del reloj siguen girando, ¿qué tanto hemos cambiado?.

Empezó a escuchar a EXO en su primer año, y antes de darse cuenta, ya era un fanboy apasionado, lo que le llevó a recordar.

Xing amaba este grupo.

Suspiró mientras explicaba a los aspirantes a setter, sonrió para que no se preocuparan, mientras mostraba posiciones básicas.

-Parece que habrá un ayudante masculino.-Sonrió Hitoka.-Yamaguchi, quieren hablar contigo.

-¿Eh?-Dejó a los de primero a cargo de su novio, con una silenciosa advertencia.-Enseguida, Hitoka-san.

Habia alguien en la puerta, bajito, de 1.60, tenia el cabello negro, con un par de mechones azules en el flequillo, su cabello caía  por la nuca, y tenia una media coleta, dividiendo el tramo de arriba con una cortina azabache cubriendo su cuello.

-¿Qué necesitas?-El chico (¿chica?), la respondió en un susurro.-¡A-ah, lo siento!, por aquí.

La persona vestia una chaqueta de mezclilla con pins del álbum The war, una camisa blanca con un chaleco de cuadros azul y blanco pastel, una falda con tablones en color negro, y medias altas, con dos franjas blancas en la parte del muslo. Quitó sus zapatos en la entrada, mientras sacaba una libreta con portada verde y con una especie de símbolo.

-Bueno, chicos.-Sonrió Yamaguchi.-Él es Xing HiTan  (¿Lo dije bien?), es un escritor y reportero de deportes, quiere escribir un articulo sobre nuestro equipo.

-¿Hi... Tan?-Balbuceo, algo que no paso desapercibido por Hinata.

El chico alzó la cabeza, acomodando el rebelde flequillo tras sus orejas, los ojos negros brillantes, las mejillas rosadas y las pestañas espesas. Todo como recordaba, quizá un poco más delgado, pero definitivamente no había crecido más.

 ˚✧.˚ℋɪʟᴏ ℜoᴊᴏ ˚✧.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora