La tía junto con sus sobrinos, llegaron a su casa cerca de las 9 pm, como pudo los bajo a los dos de la camioneta que los llevó y les dio un baño rápido. Solo para quitarles el sudor y el calor del cuerpo por el tanto viaje.
Pensó seriamente, si los volvía a poner en sus respectivos papeles pero al final desistió.
–Oigan chicos, aquí están sus maletas, solo por esta noche pueden usar sus cosas normales y sus teléfonos, mañana regresamos a la rutina.-les dijo
-Sí está bien- dijeron al unísono.
Pero como estaban tan cansados del viaje, que ni se percataron de nada.
Cenaron algo ligero y se acostaron a dormir.
Karla. Me das mi chupón.
Felipe. Igual el mío.
Tía Eugenia. Aquí tienen mis amores.
Ambos. Gracias por este gran viaje, hasta mañana.
Tía Eugenia. Que descansen.
Cerca de las 5 am.
-Maldición, necesito ir al baño. Lo bueno es que tengo, mi pañal. Un momento, no siento nada abultado y acolchado en mi trasero-dijo Felipe en su pensamiento.
Se levantó corriendo de su hamaca y fue directo al baño antes de que se hiciera encima, lo único que seguía usando era el chupón.
Felipe. Es increíble, que siga con el chupón puesto, pero sabes no esta tan mal. Bueno a dormir un rato más.
Cuando entró a la habitación, vio que su prima se movía demasiado y supo lo que le estaba pasando
Felipe. Karla, Karla despierta con un carajo.
Karla. ¿Qué quieres, no ves que me estoy acomodando para dejar salir todo mi pipi?
Felipe. Es por eso que te desperté. Nos dormimos con nuestra ropa normal, no sientes algo diferente.
Karla. Ah, tienes razón. ¿Qué hago, si me muevo se me sale todo?
Felipe. Nada más porque me caes bien, súbete a mi espalda.
Y como pudo, se colgó de la espalda de su primo y llegaron a tiempo al baño.
Karla. Gracias, me salvaste. No puedo creerlo que solo unos días y nos acostumbramos a usar los pañales.
Felipe. Sí, ya se. Bueno, te dejo voy a seguir durmiendo.
Karla. Está bien, yo igual.
Y así se la pasaron hasta cerca de las 9 am.
Tía Eugenia. Ya jóvenes a levantarse, que se enfría su desayuno.
Ambos. Ya vamos.
Karla. Tía nos vas a vestir de nuevo o vamos así.
Tía Eugenia. Tienes razón, ya voy.
10 minutos después los dos bebés, ya estaban de regreso en la ropa que debían. Y como era temprano y algo caluroso. Su tía opto por ponerles unos pañales de tela que eran bastante transpirables y resistentes. Así como también, solo los dejo con la camiseta con la que durmieron.
Tía Eugenia. Aquí tienen su desayuno. Un poco de plátano picado con fresa, su leche con chocolate.
Ambos. Gracias.
Tía Eugenia. Ah por supuesto, sus baberos.
Mientras desayunaban Karla, le preguntó.
Karla. ¿Y qué planes tenemos para la semana?
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Vacaciones con mi tía
Historia Corta*Basado en una fantasía muy personal*. Esta historia me embarca a mí y a una prima de mi edad de pasar unas típicas vacaciones con mi tía; a una donde a partir del instante en que cruzamos las puertas de su casa, dejamos de ser adolescentes y nos vo...