PROLOGO

51 3 4
                                    

Los límites de un ser humano, son inevitables pueden ser tan sádicos pero a la misma vez favorece a otros; ¿Cuándo se te ocurre algo fuera de casillas piensas en la vida ajena? O simplemente has tenido deseos incontrolables de ver dolor en alguien que no seas tú, te retractas miles de veces que ver felicidad impropia admirándola es lo mejor que puedes hacer ¿has llegado a ser feliz completamente?, pues en eso se basa un poco la realidad.

Tan dolorosa, que miles de veces te llega una duda de lo que es real o no; de ser así eres alguien que piensa que el bienestar impropio es mejor que el propio. Ese ideal no es para nada malo de lo contrario es bueno para beneficiar al contrincante, el que juega contigo cada paso de la vida; sí lo sé es el único que sabe cómo devolverte cada hazaña que haces en cada segundo, minuto y hora; no hablo de un ser en específico, hablo del tiempo ¿Por qué sin él, la realidad y el mundo en sí existirían? ¿Sin este la vida tendría un rumbo fijo?

Pues cada quien tiene la idea de la realidad absoluta impropia, nadie es dueño de su destino ni mucho menos predice cómo será su recorrido en la vida, no te has preguntado ¿Qué hay después de la muerte? ¿Qué sucede si mañana la vida deja de existir? ¿Está bien morir? Preguntas de las cuales un ser humano siempre estará propenso a hacérselas y eso depende de la respuesta que les darás te beneficie en absoluto o por el contrario estas te llevaran a un bucle absoluto de respuestas ilógicas.

Y sí mejor modificamos esas preguntas que te parece un ¿Cómo puedo vivir más? ¿Quiero vivir para conocer el valor de la vida? ¿Cómo la vida se hace propensa a la muerte?, pues al responder tus dudas no llegaras a ningún lado; el sufrimiento es el que te hace vivir constantemente, la lucha al límite de la supervivencia es constante tal y como el cielo es eterno siendo así que nunca va a estar igual.

Párate y mira el cielo date el tiempo de admirarlo poco a poco, detállalo y siente como si fuera la última vez que lo hagas, no sabes en que momento este juego de supervivencia llegara a su final antes de que te permitas aprender a vivir la vida, antes de que ames sin algún daño constante en tu pecho; solo haz que tus ojos brillen con una pizca de curiosidad abundante, haz que estos sean pequeñas estrellas que iluminan la vida del quien los admira.

Enamorarse es difícil, es un reto que será frecuentemente cambiado; sin darte cuenta puede ser que nunca lo logres pero quieras eternamente a los que te dan apoyo, ten en cuenta de que amar es algo que nace desde lo más profundo de tu ser; no solo lo debes sentir tú sino que tú corazón, alma, cuerpo, mente cada cosa que te hace ser real debe amar. Pero enamorarse y complementarse con alguien más dejando de ser la luna y su eterna soledad a ser un sol con brillo constante que te hace sentir cómodo, no digo que la luna no posea belleza comprometedora ni mucho menos que el sol es mejor que ella, tan solo que cada uno representa algo distinto y por ello nunca serán iguales ni estarán juntos por más que quieras.

Hay quienes no comprenden la belleza de un ser solitario que sus esperanzas caen en un abismo sin rumbo, pero es tanta la belleza pura de este ser intocable que lo hace ser único; más que una radiante luz que es acompañada de su sombra siempre que se siente sola, es darle esperanzas y deseos al desesperado, dar alegría sin pensarlo un segundo, llevar a miles de estrellas a tu lado a un mejor lugar en la inmensa magnitud del cielo oscurecido.

Destino incierto-RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora