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Quizá, tal vez, quizá, tal vez.

Palabras que no dejaba de repetirme aquel día. Buscando atormentarme aún más, pensando en lo que pude haber hecho para evitar todo. En lo que pude haber hecho para salvarte.

Incluso si hubiera tomado mi decisión un segundo antes eso habría sido la diferencia en lo que sucedió. Si desenfundaba más rápido pude evitar que eso pasará. Si mis emociones, por verte en esa situación, no me hubieran controlado como lo hicieron seguirías a mi lado.

Quizá pude llegar más rápido...

Tal vez si hubiera ido en la retaguardia...

Quizá si hacía caso a mi instinto...

Tal vez mi decisión fue equivocada...

Tenía miles de ideas que contradecían y condenaban la decisión que tomé. Como si pensarlas en ese momento pudiera ayudar en algo o regresar el tiempo al instante donde seguías acostada en la cama a un lado mío, durmiendo tranquilamente y sin riesgo.

Tuve que volver con mi escuadrón saliendo del bosque de árboles gigantes, porque solo a mitad del camino en el interior del bosque nos percatamos de que los escuadrones de la retaguardia no habían entrado, siguiendo el mismo camino que todos. Rogaba en mi mente porque estuvieras bien, porque la situación no fuera como yo la imaginaba y tú aparecieras en medio de mi camino, cabalgando con tu escuadrón.

No quería tener la razón en eso, mucho menos en mi suposición antes de la salir de la muralla. De que si algo llegaba a ocurrir en la retaguardia, nosotros no podríamos darnos cuenta a tiempo.

Con cada metro que avanzaba a caballo y no te encontraba maldecía por el tiempo que tardamos en darnos cuenta. En medio de todas las maldiciones en mi cabeza, el grito... O mejor dicho los gritos de varias personas se hacían más claros conforme nos acercábamos. La escena que ví frente a mí provocó que ordenara a mi caballo ir más rápido, con la intención de evitar algo peor.

¿Cómo fue que no vimos a ese grupo de titanes de doce y quince metros?

¿En qué momento aparecieron?

Por más qué preguntará o quisiera saber, no era eso en lo que debía concentrarme ahora. Tenía que encontrarte y evitar la muerte de más personas.

Ordené a mi escuadrón acabar con el grupo de titanes. Active mi equipo de igual forma, cortando las nucas que aparecían y también las manos que sujetaban a las pocas personas que quedaban. Con cada titán que mataba hacía una corta pausa, buscando en el cadáver que se evaporada algún rastro tuyo. Aunque quisiera encontrarte me aliviaba no encontrar pista tuya en aquellos cuerpos gigantes.

Continúe acabando con los titanes, al igual que mi escuadrón. Con cada nuca cortada era una suma más a mi desesperación por no encontrarte, eso solo podía significar una cosa.

Que llegue demasiado tarde.

A punto de aceptar que te había perdido tu silueta apareció delante de mí. Acabaste con el último titán que quedaba en pie, pese a estar cubierta de sangre y con algunas heridas continuaste luchando. Cuando aterrice en el suelo esperaba que tú también lo hicieras luego de cortar el punto débil del titán, pero caías sin control del equipo y acercándote más al suelo. Reaccioné de inmediato corriendo hasta tí y tomandoté en brazos antes de que impactaras contra la superficie dura. Te veías agotada, la sangre en tu ropa y rostro se evaporada, sin embargo había otra que no lo hacía.

𝓛𝓸𝓼𝓮 𝔂𝓸𝓾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora