Prólogo: La Guerra de los Destellos

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"Vivimos en una época peligrosa. El ser humano ha aprendido a dominar la naturaleza mucho antes de haber aprendido a dominarse a sí mismo."

Albert Schweitzer

Esa frase se ha seguido aplicando poco a poco mediante los años hasta la nueva generación. Una generación que intentaría cambiar el desarrollo de la humanidad como la conocemos. Porque... cambiar de respuesta es evolución. Cambiar de pregunta es revolución.

Año 1856 a.C.

(Galaxia: Andrómeda)

Fuera de nuestra galaxia existen cientos y cientos de planetas con una civilización totalmente diferente a la que nosotros conocemos; donde los habitantes tienen sus propias formas de pensar, crear y establecer mejores ideas para sus mundos.

Sin embargo, cada planeta tiene sus propias leyes y distintas formas de gobierno. Por lo que evidentemente, entre varios planetas relacionados existe la rebeldía, la envidia y sobre todo: la guerra.

Mezarus era uno de los planetas más fértiles y abundantes que existía alrededor de todo el universo ya que la tecnología con la que contaban era de la más avanzada que se haya visto alguna vez en otro planeta.

Mezarus era poblada por una raza llamada "mezariano", la cual es una raza un poco parecida físicamente a la de los humanos del planeta Tierra con la diferencia de que su piel es escamosa y es de color azul. 

Los mezarianos contaban con máquinas increíblemente avanzadas para cualquier uso como autos voladores, naves espaciales gigantes, androides, instalaciones tecnológicamente avanzadas, armas de proyectiles eléctricas, entre muchísimos otros recursos.

No obstante, durante mucho tiempo los gobiernos de los distintos países de Mezarus eran bastante arrogantes con los habitantes de otros planetas de su galaxia que solicitaban ayuda. Pues todas sus creaciones hechas desde su avanzada tecnología eran súper exclusivas y los gobiernos del planeta tenían prohibido mostrarla ante planetas ajenos y mucho menos compartirla con ellos por su gran codicia.

Esa falta de empatía por parte de Mezarus provocó que muchos otros planetas que se encontraban a su alrededor comenzaran a guardarle un resentimiento inimaginable hacia los mezarianos.

Sin embargo, gran parte de la galaxia logró aliarse con el planeta Bander (un planeta cuyo hábitat y tecnología se encontraba casi a la par de Mezarus), para declararle la guerra al abundante planeta.

No obstante, al sentirse muy confiados y superiores, los gobiernos de Mezarus no dudaron ni un segundo en asumir aquella guerra ya que creían que tenían todas las hazañas como para vencer.

Así que los gobiernos de absolutamente todos los territorios de Mezarus decidieron formar una tregua para juntos así vencer en la guerra que Bander les había declarado.

Mezarus formó todos los preparativos de absolutamente todas las bases aéreas de su planeta para la guerra la cual se iba a dar en medio de toda la galaxia. 

Para ello crearon cientos y cientos de naves de batalla con la ayuda de su avanzada tecnología.

Bander y todos los demás planetas que se encontraban de su lado también formaron todos los preparativos para esta guerra creando un ejército de naves espaciales con arsenales supuesta y técnicamente superiores con todo los recursos con los que contaban para destruir por completo el ejército de naves contrincantes.

La batalla no tardó mucho tiempo en darse. Pues al poco tiempo de que cada planeta despegara sus ejércitos, los civiles de cada planeta eran capaces de apreciar grandes destellos y explosiones que se daban en el cielo por la batalla.

Por esta razón, esta guerra se terminó conociendo como "La Guerra de los Destellos", la cual duró demasiadas décadas en terminar debido a que los ejércitos de Mezarus contaban con una gran ventaja ya que sus fuerzas y arsenales eran aún más superiores que el de los otros planetas.

Sin embargo, conforme pasaban los años, la guerra se encontraba bastante emparejada y reñida debido a que Mezarus no contaba con ningún planeta que se encontrase de su lado. Por lo que hubieron momentos en los que la rebelión de Bander lograban destruir cientos de arsenales de los ejércitos de Mezarus, cuyos restos de las naves caían en planetas que se encontraban debajo y a los alrededores de los campos de batalla del espacio.

Al final de la guerra, Mezarus resultó vencedor por un costo bastante alto. Sin embargo, el imperio de Bander, junto a la alianza de los otros planetas de la galaxia, juraron por su imperio que algún día lograrán vengarse algún día sin importar cuántos años pasen.

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