Capítulo 4

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Al día siguiente, Johnny se levantó rápidamente de la cama bastante emocionado. Pues hoy era su primer día en su nueva escuela y vería nuevamente a sus nuevos amigos. Así que se bañó, se arregló, y bajó rápidamente a desayunar.

—¡Buenos días, mamá! ¡Buenos días, papá! —saludó Johnny al bajar a la cocina encontrándose con su mamá, quien estaba preparando el desayuno, y con su papá, quien estaba leyendo 41 una noticia en su celular con una expresión bastante confusa; como si estuviera aterrado por algo.

—¡Buenos días, hijo! Te despertaste muy temprano, ¿no? —preguntó Kim mientras seguía preparando el desayuno.

—¡Sí! Entre más temprano, mejor, ¿no? —comentó el chico al sentarse en el comedor de la cocina.

—¿Y dónde está tu hermano?

—Dijo que ya vendría. No sé realmente qué estará haciendo.

En ese momento, Loui bajó las escaleras y entró a la cocina para saludar a sus padres.

—¡Hola, mamá! ¡Hola, papá! —saludó Loui bastante entusiasmado.

—¡Buenos días, Loui! —saludó su mamá cuando justo terminaba de hacer el desayuno, mientras que Egor seguía leyendo aquella noticia que aparentemente lo había dejado impactado sin siquiera haber saludado a sus dos hijos.

Al notar la extraña expresión que Egor tenía, Johnny decidió preguntar por ello.

—¿Papá? ¿Está todo bien? 

—¿Qué? ¡Ah! Claro, por supuesto que sí, hijo. Buenos días —saludaba su padre con una actitud algo preocupada—. ¿Cómo se sienten por su primer día en su nueva escuela? —preguntó Egor refiriéndose a ambos hijos.

—La verdad... por una parte me siento feliz, papá, porque a partir de ahora veré a mis nuevos amigos casi todos los días —comentaba Johnny aún con su entusiasta actitud.

—Yo... la verdad es que... Me siento algo nervioso. Ya no va a ser como antes. Ya no veré a mis amigos —dijo Loui.

—No te preocupes, hijo. Estoy seguro de que todo saldrá bien y te aseguro que pronto harás nuevos amigos —decía Kim mientras acariciaba la cabeza de su hijo.

Después de haber servido el desayuno, los hermanos Valentine almorzaron rápidamente, y subieron de nuevo a sus habitaciones para lavarse los dientes.

Durante ese pequeño periodo de tiempo, Kim decidió hablar con su esposo. Pues se preocupó un poco por la actitud que tenía desde que el día amaneció.

—¿Cielo? ¿Está todo bien?

—¡Argh! ¡No, Kim! Justamente me acabo de enterar de una terrible noticia —dijo Egor con la misma actitud.    

—¿Por qué? ¿Qué fue lo que viste?

—Me acabo de enterar de que... Mako Spengler había logrado escapar de prisión —comentó el hombre algo preocupado.

—¿Qué? ¿Es enserio? —preguntó Kim bastante impactada.

—¡Sí! ¡Y lo peor es que esa noticia se dio hace tres meses! Seguramente la razón por la que no me enteré es por todo el planteamiento que teníamos sobre la mudanza —comentaba Egor igual de preocupado al levantarse de la silla y tocar su frente.

En ese momento, Kim comenzó a pensar un poco en ello, pero luego recordó que su esposo había prometido no tener ningún tipo de involucres tanto en cosas de su viejo amigo como en cosas relacionadas con la corporación Soujorn. Así que decidió animarlo de alguna manera.

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