A la mañana siguiente, Johnny despertó relajadamente; se levantó de la cama y abrió las cortinas y la ventana para que la luz del sol y el aire fresco entrara a su habitación. Entró a su baño, se lavó de nuevo los dientes y bajó a desayunar.
Mientras se servía un cereal con leche, el padre de Johnny también se había levantado temprano y bajó a la cocina para servirse una taza de café.
—Buenos días, hijo —saludó Egor.
—Hola papá —saludó Johnny mientras seguía sirviéndose su desayuno.
—¿Qué tal tu primera mañana en nuestra nueva casa?
—Sinceramente, papá... se me dificultó un poco recordar en dónde estaba el baño para lavarme los dientes.
—Descuida, hijo. Es tu primera mañana en nuestra nueva casa. Pronto te acostumbrarás —dijo su padre al terminar de servirse su taza de café y sentarse en el comedor.
—Y... ¿Mamá aún no se ha despertado? —preguntó el chico mientras se sentaba en el comedor junto a su desayuno a lado en frente de su padre.
—No. Aún no. Y creo que tu hermano Loui tampoco.
—Qué extraño. Antes ellos dos eran los que se levantaban primero todos los días.
—Al parecer las cosas ya están cambiando, hijo. Ya será hora de acostumbrarse —mencionaba mientras tomaba su café—. Cuéntame, hijo, ¿cómo son los nuevos amigos que conociste ayer? ¿Cómo se llaman?
—Bueno... el primer chico que se me acercó era un niño bastante alto y algo fuerte. Se llama Terry Hickman y dice que es muy bueno en los deportes. Sobre todo en el fútbol —comentaba mientras comía su cereal—. Luego conocí a Aiden Montgomery. Es un poco bajo y gordito; pero es bastante inteligente. Y finalmente conocí a... —pausó Johnny un momento la conversación— una chica la cual es un año menor que nosotros tres. Se llama... Lina Wheeler —decía Johnny mientras se sonrojaba.
—¡Vaya! ¿Por qué te sonrojas, hijo? —preguntaba Egor mientras sonreía— ¿Acaso esa chica te pone nervioso?
—¡¿Qué?! ¡No, por supuesto que no, papá! ¿Qué quieres decir? —preguntó Johnny un poco impactado.
—¡Vamos, hijo! Es muy rara la ocasión en la que te pongas así cuando hables de una chica. Antes tenías demasiadas amigas y cuando hablabas de ellas no te ponías como estás ahora.
—¡Ay, papá! ¿Podemos hablar de otra cosa mejor? —sugirió Johnny bastante avergonzado.
—Está bien, está bien. No te incomodo más —dijo su padre mientras volvía a tomar su taza de café—. Pero esta es tu nueva vida, Johnny. Tal vez va siendo hora de que intentes algo —insinuaba Egor.
—¡Papá! —gritó Johnny no tan fuerte.
—De acuerdo. Me detendré. Ahora... ¿de qué quieres hablar?
—Bueno... papá... tal vez esta noticia te resulte algo loca, pero... ¿recuerdas cuando te hablaba sobre la leyenda de las "Tres Piedras del Poder"? —preguntó el chico algo ilusionado.
—Claro, hijo. Nunca parabas de hablar de ellas. ¿Por qué?
—Bueno... ayer leí de nuevo el libro en donde las había visto, y me di cuenta de que... —comentaba Johnny lentamente hasta que de repente se detuvo. Pues por alguna razón comenzó a pensar que tal vez no era tan buena idea contarle sobre la ubicación del Diamante Luminoso ya que no sabría qué clases de pensamientos podría tener su padre después de haber perdido toda la corporación y todo el trabajo que él estuvo haciendo por varios años—. Una de las piedras se encuentra cerca de Oklahoma —improvisó el chico las últimas palabras.
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VALENTINE
Science FictionDespués de que la gran corporación de su haya sido cerrada completamente por el gobierno, Johnny Valentine utilizará su poderoso ingenio para detener al ex-amigo de su padre quien quiere vengarse del gobierno por haber cancelado todos sus experiment...