7. Yena.

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Chaeyeon corría desesperada, su linterna no apuntaba a ningún lugar en específico. Presa del pánico olvidó por completo que podría tropezar en medio de esa lúgubre cueva subterránea y, además de ser atrapada por el ente que la perseguía, todos los avances que había hecho hasta ese momento, se irían por la borda.

Intentó hablar con Choi Yena, le gritó con su voz atronando en las paredes rocosas en esa inmensa oscuridad, pero el ente de la chica se negaba a escucharle.

Mientras más se acercaba Choi a Lee, más podía sentir Chaeyeon ese miedo interno perforante en sus entrañas.

Cuando estuvo a escasos metros, Lee Chaeyeon simplemente dio un giro perfecto de ciento ochenta grados y corrió con su vida pendiendo en un hilo de pánico.

"Huir, huir, huir". Eso era todo lo que su instinto animal le gritaba mientras recorría a toda velocidad el túnel oscuro que parecía no tener fin mientras sentía aquella presencia peligrosa a sus espaldas.

De pronto, en medio de la parcial oscuridad, logró visualizar unas escaleras oxidadas y mohosas que llevaban a algún lugar hacia arriba. Las escaleras que llevaban a la casa Anh.

Ciertamente esas escaleras podrían llevar hacia cualquier lado, pero a Chaeyeon no le importaba. Sólo necesitaba estar fuera de ese subterráneo donde sus probabilidades de sobrevivir eran de menos uno.

Subió cada uno de los peldaños con extrema rapidez y justo en el último, justo cuando Chaeyeon podía ver esa pequeña luz entrando por una rendija de madera, ésta estaba atascada.

—No... no... mierda... mierda....

Chaeyeon, aterrorizada, comenzó a golpear con su puño la pequeña compuerta de madera, sentía a Choi Yena muy cerca de ella, pero no estaba segura que tan atrás la había dejado en aquel subterráneo.

Después de tres o cuatro puñetazos sus nudillos dolían y la carne comenzaba a arderle.

Golpeó fuertemente con su codo hasta que la puertilla por fin cedió, abriéndose y dejando caer polvo y pequeños trozos de madera que Chaeyeon no anticipó. Comenzó a toser mientras escalaba y sus ojos comenzaron a picarle.

Tosió fuertemente, sus ojos se humedecieron involuntariamente y su vista se nubló.

Su pie resbaló de uno de los peldaños.

Si Chaeyeon no se hubiese sostenido fuertemente, casi con uñas del marco de la trampilla, posiblemente ella hubiese caído al fondo del túnel y se hubiese roto algún hueso o en el peor de los casos, se hubiese golpeado la cabeza y acabaría siendo uno más de esos espíritus de la aldea. En cualquiera de ellos, el desenlace era fatal.  

Afortunadamente Chaeyeon pudo sostenerse y volver a subir, pero su cámara se había zafado de uno de sus cordones que colgaban alrededor de su cuello y, junto con su su preciada linterna cayeron, perdiéndose en la oscuridad. Solamente el ruido hueco que hicieron al golpear contra el suelo del subterráneo por el que acababa de salir.

Sopesó por un segundo si era buena idea regresar por ella, pero no estaba dispuesta a bajar por esas escaleras hasta estar segura que Choi Yena no estaba esperándola abajo, lista para asesinarla y arrojarla al abismo. Chaeyeon negó fervientemente y cerró la trampilla de un golpe.

—Tengo que encontrar a Sakura antes de que cometa una tontería. Tengo que sacarla de este lugar con o sin la cámara.

Chaeyeon se arrastró alejándose de la entrada al túnel unos metros y respiró hondo. Sus entrañas dejaron de apretarse y sus hombros se relajaron. El frío congelante se disipó y su instinto de supervivencia dejaron de oprimir los botones de pánico en su cerebro.

Mariposa carmesí. [Chaekura/Kkuchaen] [IZ*ONE] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora