1. La aldea perdida.

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—Escuché que había pasado algo parecido hace mucho tiempo. —comentó Chaeyeon mientras ambas mantenían su vista clavada en aquella oscura aldea que se divisaba a la distancia. El frío viento soplando, ululando en sus oídos y meciendo los cabellos cortos de Sakura.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Los chicos de la clase hablaban sobre ello. Una aldea que desapareció el día de un festival...

Sakura la miró mientras se tomaba las manos de manera nerviosa pellizcándose los bordes de las uñas, la carne viva  que comenzaba a sangrar en la punta de sus dedos era algo que Chaeyeon notaba cuando la chica se encontraba severamente nerviosa o asustada. 

Chaeyeon continuó.

—Se dice que la aldea atraía a la gente que se perdía en el bosque... Quizá, encontramos esa aldea... —lo último lo dijo mirando fijamente a la mayor.

—¿Es otra de tus bromas? Porque no me causa gracia. —reclamó Sakura.

Chaeyeon desvió la mirada, fijándola de nuevo en aquel montón de tejados que apenas y podían notarse en medio de aquella gruesa oscuridad para luego señalar un punto luminoso en la distancia. 

—¿Esos son faroles?

Sakura agudizó su vista hacia donde Chaeyeon le indicaba, la forzó un poco más y, en efecto, pudo notar algunos cuantos faroles, que, si bien parecían demasiado pequeños e inútiles, era una buena señal a ojos de la coreana. 

Luz.

Eso significaba civilización.

A regañadientes, Sakura accedió a bajar a la aldea en busca de ayuda, según Chaeyeon, tal vez podrían ayudarlas a volver, o al menos, a pasar la noche.

(...)

Habían caminado durante algunos minutos por un camino descendente, perfectamente marcado entre árboles.

Chaeyeon caminaba delante de Sakura mientras ésta se aferraba detrás de ella a su blusa en tonos azules. En medio de la oscuridad, a penas y la luz de la luna le permitía ver unos cuantos metros delante de ellas. Chaeyeon bajaba su vista de tanto en tanto delante de sus zapatillas converse blancas. El terreno era irregular, por lo que estaba siendo tremendamente cautelosa. No deseaba caer por error en un pozo, tropezar con alguna rama o pisar algo que no debía. 

Justo como a lo que estaba a punto de pasarle por encima.

Chaeyeon se detuvo a tiempo y divisó algo oscuro en el suelo, se inclinó un poco sin ser soltada por la mayor y tomó entre sus manos lo que parecía ser un bolso. Un bolso negro y maltrecho, que posiblemente llevaba muchísimo tiempo abandonado en medio del camino. 

—¿Debería ser entrometida y abrirlo? —preguntó a Sakura, quien asintió.

— Quizá hasta podamos encontrar al dueño más delante. 

Chaeyeon se lo pensó un poco.

—Tienes razón. —coincidió y abrió la maltratada cartera. 

Aquella oscuridad insistía en aferrarse a ellas y no soltarlas, y sinceramente, la luz de la luna no estaba siendo para nada de ayuda. Chaeyeon con mucha dificultad alcanzó a leer lo que el pedazo de periódico que extrajo relataba.

—Crecen los temores sobre la topógrafa desaparecida. —Chaeyeon alzó una ceja al leer la palabra "desaparecida". Continuó leyendo en voz alta para ambas. —Aumenta la preocupación en torno a la topógrafa que habría desaparecido mientras visitaba el emplazamiento de la presa Mizukami. Kim Minju, de 26 años, fue a investigar algunos monumentos históricos que serían cubiertos por el agua tras la construcción de la presa. Fue vista por última vez, hace cinco días.

Mariposa carmesí. [Chaekura/Kkuchaen] [IZ*ONE] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora