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Habíamos arrastrado el cuerpo hasta las residencias donde todo lo que los estudiantes no querían, dejaban para que el camión se lo llevara. Cogimos mantas, alfombras y todo lo que pudiese tapar el cuerpo.

Lo arrastramos hasta el coche de Nico.

Agatha se sentó en el asiento de copiloto, en el de piloto iba Nico y detrás Leo y yo con el cuerpo a nuestros pies.

- Vale, estamos juntos en esto, ahora no nos podemos traicionar, si alguien quiere irse no lo recriminaremos y si nos pillan no lo meteremos, pero tendrá que cargar con el peso de ver cómo arrestan a sus amigos.

Sabía lo que Leo estaba haciendo, no dije nada. Estaba demasiado conmocionada y asqueada por lo que en las últimas horas había sucedido.

Nadie dijo nada, todos estábamos metidos. En ese momento me di cuenta de que en verdad habíamos formado una relación, a pesar de habernos conocido solo de unas semanas habíamos cogido muy rápido confianza a tal punto de hacer lo que acabábamos de hacer. Ya que los cuatro nos conocíamos de antes, de el colegio. Pero en la secundaria cada uno se había ido por su lado.

En ese momento me di cuenta de que había dos tipos de amigos, cuando matas a alguien están los que se llevan las manos a la cabeza y te lo echan en cara para terminar llamando a la policía y los que cuando matas a alguien se presentan con una pala.

Nosotros éramos del segundo tipo.


Mentir para sobrevivir ... y vengarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora