Jour cinq

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–¿Citas?, ¿y yo por qué debo tener una cita con cada contrincante?

–Candidatos –corrigió con suavidad el rey Junhui a su hijo.

–Son contrincantes si los están poniendo a competir para ver quién termina casándose conmigo –respondió él de mal humor.

Sus padres suspiraron.

Los tres estaban sentados alrededor de la mesa en el centro de la oficina de los reyes, quienes le acababan de decir que tendría una cita con todos los candidatos para que pudieran interactuar más de manera privada, sólo los dos.

–Al menos puedes intentar conocerlos –dijo Wonwoo.

–No quiero hacerlo –respondió su hijo con firmeza–. Desde el primer día ninguno llamó mi atención. Los 9 son muy lindos, sí, pero no me atraen a mí. Los he visto conviviendo entre ellos todo este tiempo, e incluso en las sesiones de fotos que tuve que hacer con cada uno de ellos. Si en ese momento no me llamaron la atención ni pude conectar con alguno, ¿qué les hace creer que lo haré si tengo una cita?

–Tendrán más tiempo para platicar –respondió Jun–. Quizás no hayan llamado tu atención aún, pero eso no significa que no lo hagan cuando los conozcas. Puede que sean divertidos, que te parezcan más lindos, que tengan cosas en común, que de repente te guste algo de alguno de ellos, quizás su sonrisa o su risa.

¿Por qué ni siquiera las palabras de sus padres ayudaban a que sacara de su mente la imagen de Chan, días antes, en la sesión de fotos de sus hermanos, lo divertido que se veía con ellos, adorando seguir sus juegos, lo lindo que se veía sonriendo, o riéndose, o sonrojándose?

–Al menos inténtalo –susurró Jun, viendo a su hijo que parecía estar perdido en sus pensamientos.

–No puedo –susurró.

–Escucha, Vernon –dijo Wonwoo, quitándose sus gafas y dejándolas sobre algunos papeles que tenía sobre la mesa–. Sabes que si hubiéramos sabido de tu postura desde antes, habríamos intentado quitar esta ley. Pero jamás nos dijiste nada, no hiciste ningún comentario antes. Puede que tú quites esta ley, "absurda" para ti, cuando llegues al trono. Pero recuerda que esto toma años hacerlo, y nosotros no tenemos años antes para presentar oficialmente a tu esposo o esposa a la familia y al Consejo Real, sino días.

Vernon lo sabía, pero eso no significaba que le doliera o sufriera menos.

–Incluso si alguien me gusta, ¿realmente vale la pena obligarlo a que se quede a mi lado y pase por toda la presión que reinar todo un país significa? –Les preguntó con pesadez.

–A veces lo vale –respondió Jun, mirando a su hijo con una pequeña sonrisa–. Cuando amas a alguien lo vale.

Wonwoo lo tomó de la mano y ambos se sonrieron con amor en su mirada.

Vernon los miró con un poco de tristeza, envidiando su historia de amor en donde ellos ya se querían desde años antes de ser esposos y tener que reinar juntos.

¿Su padre de verdad tenía razón?, ¿valía la pena?, ¿lo valdría para Chan?

Suspiró.

–De acuerdo, iré a las citas –respondió al final, mirando hacia sus manos. Quizás conociendo a los demás chicos y chicas, podría observarlos, ver quién realmente quiere estar con él y reinar Corea, quizás así no tendría que obligar a nadie al final de todo. Ni dejar que sus sentimientos salieran lastimados de ninguna manera.

Sus padres lo voltearon a ver, con un poco de sorpresa.

–E–está bien –dijo Jun, un poco desconfiado al ver la cara tan triste de su hijo y el hecho de que haya aceptado sin hacer más berrinches–. Empiezas hoy en la tarde.

le petit prince grincheux, blessé et beau || chansolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora