Jour treize [2/2]

344 57 25
                                    

–Kwannie... –comenzó el príncipe, pero su hermano de inmediato lo jaló con fuerza hasta que ambos llegaron a la primera fila. 

Chan quiso levantarse e irse de allí, no creía poder soportar estar tan cerca de Vernon por tanto tiempo. Pero Jeonghan y Moonbyul lo empujaron de vuelta a su asiento.

–¿Por qué siento que no es una casualidad que quisieran que los ayudara a preparar galletas? –Preguntó, viendo de manera acusatoria a los menores y a la chica a su izquierda, mientras Seungkwan hacía que Vernon se sentara en el último sitio que quedaba, justo a su lado.

–Porque no lo fue –respondió Jeonghan, sonriendo como si acabara de tener éxito en una de sus travesuras y estuviera disfrutando demasiado aquel momento.

–¡Vamos a ver la película! –Dijo Seungkwan, emocionado cuando se aseguró de que ambos chicos no se moverían de sus asientos.

–Veremos Descendientes 1 –dijo Jeonghan, también emocionado, poniendo play al reproductor y volviendo a sentarse en su puff, a un lado de Seungkwan, ambos compartieron una sonrisa malvada, y se concentraron tanto en la película que comenzaba como en los dos chicos detrás de ellos.

Ambos niños se habían dado cuenta de que los dos chicos se sentían atraídos el uno por el otro desde el primer momento en que se vieron. Era obvio, por el cambio de actitud de Vernon cada vez que veía a Chan, o cuando éste se sonrojaba cada vez que Vernon le hablaba. Las sonrisas y las miradas que ambos se daban.

Los niños eran conscientes de que su hermano no se quería casar con cualquier desconocido, por eso se habían dado a la tarea de investigar e interrogar, con ayuda de Moonbyul, a Chan. 

Y en poco tiempo se dieron cuenta de que el chico era perfecto para su hermano, y no sólo en gustos ni porque se vieran bien juntos, sino que al final sentían que Chan podía adaptarse bastante bien a la vida en el castillo.

Por otra parte los dos chicos detrás de ellos estaban demasiado nerviosos e incómodos uno al lado del otro.

Vernon quería irse de allí antes de perder el control debido a la cercanía de Chan, confesarle lo que de verdad sentía, pidiéndole que aceptara casarse con él, diciéndoles a sus padres que ya había encontrado a su futuro esposo.

Y Chan estaba demasiado triste, nervioso y a punto de tener un ataque de pánico por la cercanía que tenía con Vernon. Sabía que esa noche había sido su última cita con los candidatos, por lo que lo más seguro era que ya hubiera tomado una decisión. Probablemente en ese momento estaba pensando en su futuro esposo o esposa, con quien pasaría el resto de su vida en aquel hermoso e imponente castillo, gobernando Corea y viviendo felices juntos. Se sentía un poco mal por los niños, pues ambos, e incluso Moonbyul, se veían emocionados por haber hecho aquel plan, pero Chan no quería que se emocionaran de más, pues era imposible que él y Vernon pudieran estar juntos.

Después de unos minutos, Moonbyul se puso de pie.

–Iré por las galletas –dijo.

–Yo te acompaño –dijo Chan de inmediato, con intenciones de levantarse y salir huyendo de allí, pero tres pares de manos lo detuvieron.

–Ustedes dos se quedan aquí –les dijo seriamente Moonbyul, viendo a ambos chicos de manera amenazante. Ambos asintieron de inmediato–. Se quedan a cargo –les indicó a los niños, quienes asintieron con emoción.

La chica salió de la sala de cine y todo se volvió a quedar en un tenso silencio, a excepción de la película.

Ambos chicos estaban demasiado nerviosos hasta que llegó una escena de romance, en donde los protagonistas tenían su primera cita y el personaje de Dove Cameron, Mal, cantaba. 

le petit prince grincheux, blessé et beau || chansolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora