El mundo de Milhé

Capítulo 4

Siento como algo me da en la cara y abro los ojos lentamente, adaptándome a la claridad de la habitación. Cuando por fin consigo abrirlos del todo me doy cuenta de que lo que me ha golpeado ha sido la almohada de Nora que se ha caído a mi cama. Anoche sacamos el colchón que Nora guarda debajo de su cama para que yo pueda dormir ahí.

Me incorporo hasta quedarme sentada en la cama y me paso la mano por la cara.

Ufff. Me duele la cabeza y estoy muy cansada. Giro la cabeza para mirar a Nora y me la encuentro en la cama boca arriba, con los pies y las manos estiradas y roncando.

Vuelvo a desplomarme en la cama para intentar volver a dormir un poco más. Luego me tomaré algo para el dolor de cabeza.

Antes de volver a cerrar los ojos veo la hora en el reloj digital que está colgado de la pared, las 9:00. Anoche, antes de quedarme dormida, miré la hora y eran las 3:32. Poco después me quedé dormida.

***

No sé en qué momento me he vuelto a dormir, pero abro los ojos rápidamente al escuchar un molesto sonido.

Lo primero que veo es a Nora con el pelo despeinado y con una cara de pocos amigos. Luego me doy cuenta de que tiene una zapatilla de estar por casa en la mano.

Frunzo el ceño al ver tal escena pero no me queda mucho para saber lo que pasa. De repente Nora lanza la zapatilla hacia la pared y le da de lleno al reloj digital, haciendo que este deje de sonar.

- ¿Qué? ¿Cómo? - Digo mirándola sorprendida. Al hablar me doy cuenta de lo seca que tengo la garganta así que cojo la botella de agua que tengo al lado de la cama y me la bebo entera.

Vaya, no sabía que me hacía tanta falta.

Nora y yo nos quedamos sentadas, cada una en su cama, mirándonos. No me he mirado en el espejo pero debemos de tener la misma cara, es decir, un desastre.

Ella tiene el pelo en un moño mal hecho que está a punto de caerse, restos de maquillaje por la cara por qué anoche no tuvo las suficientes fuerzas para poder quitárselo entero y unas grandes ojeras en sus ojos.

- Anoche mi intención era desconectar ese maldito reloj. - Dice señalándolo. - Creo que tenía tantas ganas de irme a dormir que le di al botón equivocado y...

- Le diste al botón de la alarma. - Termino por ella. - Grande, Nora.

- Lo sé, soy un desastre.

La alarma estaba puesta para las 10:30, aún así, Nora y yo nos quedamos unos minutos en silencio para poder espabilarnos y poner los pies en la tierra.

Unos toque llaman a la puerta y esta se abre. La madre de Nora asoma la cabeza y cuando nos ve tumbadas en las camas entra.

- Madre mía, qué desastre de habitación. - Ella empieza a recoger la ropa tirada por el suelo mientras habla. - Chicas, me voy al trabajo y tu padre ha ido a hacer la compra por lo que os quedáis solas. Cuando venga quiero todo esto bien recogido. - Hace una pausa para levantarse del suelo, donde estaba recogiendo un calcetín. - Ah, y he dejado zumo de naranja en la nevera para que os lo bebáis en el desayuno. Os hará falta. Adiós, chicas.

Y así sin más, se va.

- Buenos días para ti también, mamá. - Dice Nora con un suspiro.

Después del pequeño discurso de la madre de Nora, bajamos a la cocina para desayunar algo y llenar nuestros estómagos. Y luego nos tomamos una pastilla para el dolor de cabeza, aunque ya no me dolía tanto como cuando me he despertado, pero me sigue doliendo.

Subimos hasta su habitación y decidimos que vamos a hacer turnos para ducharnos ya que estamos hechas un asco. Nora se duchará primero y yo mientras ordenaré la habitación y luego a la inversa.