Capitulo IV: El día más Esperado

21 1 0
                                    

Recuerdo que, cuando quedé con Ali, para estudiar el día miércoles, mi mente no dejaba de cantar <No veo la hora de volverte a ver> era tan cierto ese trocito de canción, solo quería volver a verla, quería ver esa sonrisa y esa mirada, aunque, no era la misma mirada que me dio el día de la fiesta, pero solo anhelaba estar a su lado, sentir su aroma a flores y escuchar su dulce voz.

Al fin llego el día que más había esperado en mi vida, me levante temprano, y elegí el perfume para ocasiones especiales, claro está, que sin duda, esta era una de ellas, estaría cerca de mi adorada Ali, por lo tanto debía oler bien, después de todo, es lo que toda chica ama en un chico ¿verdad?

Las horas de clases siempre eran interminables, pero, por alguna razón, las horas de ese día se hicieron aún más eternas, sentía que cada clase duraba mil horas. Hasta que, al fin sonó el timbre del final de clases.

Salí tan apresurado del salón, que olvide pasar al casillero a buscar mi libro de literatura, y sinceramente lo recordé solo cuando llegue al comedor, en donde ya estaba Ali.

- ¡Hola!- dijo ella alegre - llegas tarde.

- Si lo siento, tu sabes que a esta hora es difícil avanzar por el corredor de la escuela - sonreí juguetón.

- Cierto, tienes razón, quedas perdonado, solo por esta vez - sonrió - Bien - dijo - empecemos con la clase.

- Si ¡Claro! - respondí.

- ¿Traes tu libro de literatura, verdad? Preguntó.

- Si, obvio - respondí.

- ¿Y... dónde está? - dijo vacilante

- En mi casillero - lance una carcajada, ella me miro con odio, deje de reír y dije - olvide pasar por mi libro, dame cinco minutos, ¡no! Mejor dame dos.

Cuando iba camino al casillero note, que llevaba una sonrisa en mi rostro, y no entendía porque, no, no, no, más bien no quería aceptar cual era el motivo de aquella sonrisa. Me gustaba la idea de estudiar junto a ella, aunque sinceramente lo de literatura solo era una excusa, así podría conocerla más, y saber cuál era su opinión con respecto al amor o a las aventuras. Según yo, estaba siendo muy listo, pero con el tiempo me daría cuenta que en realidad la lista era ella.

La historia de Romeo y Julieta, me parecía un tanto aburrida y demasiado ilógica; no podía entender, como una persona se suicida, solo porque tiene un amor prohibido, o bebe veneno, porque la familia o más bien los padres de tu chica o de tu chico no están de acuerdo con la relación que llevan, (no logro entender, porque tu estatus social sigue siendo un tema tan importante, entre las familias, para tener una relación con alguien)

¿No hubiese sido mejor luchar por ella, o luchar por el gran amor que decían tenerse el uno por el otro, en vez de decidir suicidarse?, aunque sabemos, que en sí, ese no era el plan de Romeo, pero ¿Y si se arriesgaban a estar juntos?, creo que lo único que consiguieron, con tal decisión, fue, en primer lugar complacer a la familia de que no estén juntos, y luego a su vez le trajeron dolor y sufrimiento a ellas. Detestaba esta historia de Romeo y Julieta, todos decían que deseaban un amor como el de Romeo, pero, ¿de verdad quieres un amor que quizás dure menos de una semana?, personalmente no me gustaría un amor así, aunque no lo creas, siendo un chico, también anhelo tener un amor que dure para siempre, claro que eso pasara, cuando mi corazón deje de tener solo odio. Pero bueno si quería estar con Ali, unos minutos extras, debería poner de mi parte, era la única opción.

Cuando llegue al comedor, ella se veía impaciente

- He llegado, chica impaciente - le dije, ella sonrió y dijo.

- Menos mal que eran dos minutos, Max - dijo algo molesta.

- Lo siento, el corredor aún no se desocupa por completo - dije

- Oh, está bien - dijo no muy convencida.

- Yo solo sonreí.

- Max - dijo - deberíamos ir a estudiar a la biblioteca, en este comedor hay demasiado ruido, y no nos concentraremos - dijo con su mano en mi hombro

.
En esas milésimas de segundos, volví a experimentar aquellas mariposas en la barriga de las que todos hablan, nunca imagine volver a sentir eso, para mí, todo eso era cursilería, y estaba enterrado junto a mi oscuro y horrible pasado, ¡obviamente!, hasta que comencé a charlar con Ali.

- Si, tienes razón - dije algo nervioso e incómodo.

- ¿Te encuentras bien? - pregunto sorprendida.

- Si, será mejor apresurarnos - dije secamente.

Ali me miro extrañada, en su rostro podía ver, lo confundida que estaba, por mi cambio de actitud, pero no hizo comentario alguno, sobre mi manera de reaccionar.

En ese momento, por mi mente solo pasaban malos recuerdos, recuerdos dolorosos, que mi memoria aun no eliminaba por completo, estaba en mí, pensar por ahora, no volver a confiar en el amor, y en lo que este trae como consecuencia.

Llegamos a la biblioteca, y ella comenzó a explicarme, lo de literatura. Sinceramente, mi mente no estaba ahí, solo estaba mi cuerpo, no podía concentrarme, su voz dulce y angelical me llevaban a otra dimensión, pero a la vez, pensaba en todo lo que había pasado años atrás, me decía a mí mismo, que no podía enamorarme, no podía darlo todo de nuevo, no podía confiar en ella o en el amor, para mí el amor no existía, mi corazón quería amar, pero a la vez tenia odio, y con odio en nuestro corazón, las cosas siempre van mal, el rencor, el dolor, el engaño, y la ira, son cosas que siempre van a traer oscuridad a nuestra vida, cosas que están tan pegadas a nosotros, que ya el amor no puede florecer, mejor dicho, nosotros no dejamos que florezca, no dejamos que vuelva a nacer ese rayo de luz, no dejamos que el arcoíris salga resplandeciente, después de la tormenta tan grande que vivió nuestro corazón y no permitimos que brille el sol, que esa persona especial trae para nosotros; somos nosotros quien le pone las nubes al amor que intenta nacer, quien borra el arcoíris de nuestra alma y quien no permite, que la tormenta acabe, y es así, comenzamos a escribir en nuestra vida, la historia que aún nos duele.

La Historia que aún me DueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora