Capítulo VI: El Dialogo que Cambio Todo

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Siempre que hablaba con Ali, terminaba aún más enamorado de ella, me encantaba su forma de ser, esa niña inocente, que ante cualquier cosa se ponía nerviosa, y ya no sabía qué hacer, que decir o cómo actuar, me encantaba que al decirle cosas lindas, o tocar su mano sin "querer" sonrojara. Todas sus actitudes o aquellas que solo yo notaba, hacían crecer en mí, las ganas de amarla solo a ella, día a día iba naciendo el amor, el amor que yo mismo había dejado que nunca mas floreciera. Solo tenía un pero...

A lo largo de mi vida, he estado con muchas chicas, pero jamás me había sentido así, en las nubes; cada vez que tenía una "novia nueva" esperaba hasta que tuviéramos relaciones para dejarla, olvidarme de ella, y buscar una chica nueva. Pero con Ali, era todo distinto, me gustaba la idea de amarla por siempre, o decirle juntos hasta el fin o alguna de esas frases cursis, que los novios siempre se dicen. Amaba imaginar que la tendría solo para mí, y que nuestro amor fuera eterno, claro que jamás lo quise reconocer, fui un idiota; si supieran todo lo que imaginaba cuando estaba en mi cuarto tumbado en mi cama, si supieran todas las veces que me imagine con Ali, en una linda familia, en una casa grande y una felicidad infinita, si supieran todas las frases que invente como por ejemplo, "Juntos, hasta que mi corazón deje de latir" o todos los poemas que cree en mi habitación, pensando en ella, en su hermosura y en cómo me hacía sentir, no creerían todo lo que hice para que eso no sucediera, todo lo que hice y dije, para que ella se alejara de mí y me dejara, solo con esa ilusión o solo con ese sueño en mi interior.

Quizás algunos me entenderán, o quizás nadie, pero cuando tienes miedo de amar, cuando tienes miedo de demostrar lo que en realidad tu corazón siente, todo lo que piensas, o todo lo que te dicen, te sabe a mentira, te sabe a que es una tonta ilusión que solo los ingenuos creen, eso me pasaba a mí, eso viví, y todo por una desilusión antigua. Cuando te dañan, tu corazón, tu mente, y tu modo de ver las cosas, no vuelven a ser igual, por mucho que quieras, por mucho que quieras creer en el amor, hay algo que te lo impide, bueno en realidad eres tú mismo, tú te niegas a sentir amor, porque te da miedo sufrir, estar nuevamente en oscuridad, te da terror que esta vez no puedas con la depresión y acabes con tu vida. Si no te ha pasado, créeme, eres una persona con mucha suerte, eres alguien que tiene algo allá arriba, que lo protege, y espero que nunca te pase, es lo más horrible que un ser humano puede vivir.

Pero bueno, continuando con mi Ali, ella es lo principal ¿no?, no lo que pase antes de ella.
Siempre recuerdo el primer beso que le di a Ali, en realidad recuerdo lo que paso al día siguiente de besarnos, como olvidar lo que hice, moría de vergüenza, pero no pude resistirme a besarla, si tenía unos labios maravillosos, rojo carmesí, delgados, pero sensuales. Cuando iba camino a la escuela, sonreía solo al recordar ese momento de impulso, pero a la vez me preguntaba a mí mismo, como iba a mirarla a los ojos ahora, me sentía un poco avergonzado, no por el beso, sino de cómo se lo robe, y más aún, de cómo salí de ese lugar. Realmente estaba preocupado de qué estaría pensando Ali de mí, no quería que pensara lo peor de mí, no quería que se llevara una mala impresión de mí, no quería que pesara que era un chico que aprovechaba oportunidades.
Iba en dirección a mi casillero, pensando en que le diría a Ali cuando nos viéramos cara a cara; lamentablemente, cuando estaba preparando las disculpas que se merecía esa chica linda, que me robaba el corazón, escucho una voz familiar que me saluda.

- Hola Max - dijo aquella voz dulce, aquella voz que me cautivaba.

- ¡Ali! - dije un poco descolocado - que sorpresa verte tan temprano por el corredor - dije avergonzado, mirando mis manos.

- ¡Como que tan temprano! - dijo ella riéndose - No seas malo, sabes que soy puntual.

- Perdóname, no me refería a eso, me refería a que es raro encontrarnos en el corredor a esta hora.

- Tranquilo Max, ¡relájate hombre!, ni que fuera una bruja malvada ¡jajajjajaa! - rio a carcajadas, de esas que terminaban contagiándome.

- Bueno la verdad es que no lo eres, eres una princesa hermosa - dije bajando mi cabeza, no sabía porque siempre que le decía cosas lindas a Ali, me sentía avergonzado, y tenía que mirar a otro lado.

- ¡Ay! Max, no exageres tampoco - dijo sonrojada.

- Ali, no miento, me gusta cómo eres, una chica sencilla, linda, amable y sincera - le dije, tratando de mirarla a los ojos.

- Max, me haces sonrojar - dijo.

- Lo sé, y me encanta - sonreí.

- No obtuve respuesta de ella, solo estaba sonrojada mirando sus libros.

- Ali, con respecto a lo que paso el otro día, yo quería pedirte per...

- Max... - me interrumpió-

- Es que Ali, de verdad fue un impulso, no pude controlarme, ya he estado bastante tiempo aguantando las ganas de besarte, sé que somos solo amigos, pero... la verdad es que estoy sintiendo hace mucho tiempo algo más que amistad y tengo la leve intuición de que tú también estas sintiendo cosas por mi...- la verdad no sé cómo pude decir todas esas palabras.

- Max... - dijo algo nerviosa - Eh... hablemos en otro momento ¿Si?, debo entrar al salón ahora, nos vemos en el break- me beso la mejilla y camino rápido hacia su salón.

Yo me quede por un minuto ahí parado, no entendiendo nada de lo que paso, no supe ni como le puede decir ¡eso!, me reprimía a mí mismo, por lo que había confesado, pero la verdad, todo lo que me había prometido a mí mismo por esos minutos que estuve con ella, se borraron por completo de mi mente.

No preste mucha atención a las clases de ese día, estuve en otra dimensión durante toda la clase, pensaba en todo lo que había sucedido, y en lo patético que había sido, quizás ella no sentía nada por mí, en ese momento no lo sabía, estaba dudando de todo lo que estaba pasando.

Bueno, así de esta manera, empezó realmente la historia que aún me duele, este fue el dialogo, que cambio todo, desde ese día, comenzamos a escribir nuestra historia, una historia totalmente diferente a las que Disney nos enseña cuando estamos pequeños, una historia que tiene de todo menos un final feliz, una historia que hirió no solo a Ali o a mí, sino que a muchas personas más, una historia que simplemente estuvo lejos de ser la más perfecta, es aquí donde te podrás dar cuenta que todo depende ti, todo lo que ocurre en nuestras vidas, es por las decisiones que tomamos, ya sean buenas, malas, asertivas o erróneas, quizás yo tome la decisión equivocada, que fue la de no demostrar o no decir lo que realmente sentía, es por eso, que hoy estoy aún más seguro de contar esta historia que por más que pasen los años aún me duele, para que alguien con mi mismo problema, pueda cambiar su manera de ver las cosas y enfrentar el amor, luchar por lo que aman, luchar por la persona que desean etc.

La Historia que aún me DueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora