Capítulo 14 Humillación y tortura

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Mientras más pensaba Jane en ello, más fuerte negaba con su cabeza. "No, Sr. Yagami, no quiero ir al departamento de relaciones públicas". Suplicaba del pánico, "Sé que me equivoqué, perdóneme, Sr. Yagami. Ya estuve tres años en la prisión y pagué el precio por lo que hice. Deme mi tarjeta del banco, señor, y desapareceré de inmediato. Me iré lejos, muy lejos, y le juro que nunca me volverá a ver más."

Todo lo que Jane podía hacer era rogar. No notó la sorpresa en los ojos de Alora cuando ésta última se enteró de que ella estuvo en la prisión. Alora se había mudado a la ciudad hace solo dos años, y ella no era de allí, por lo que no sabía nada de Jane.

Cualquiera que hubiera trabajado con Sean durante un poco más de tiempo sabría todo sobre la infamante Jane Dunn.

Los ojos largos de Sean se entrecerraron peligrosamente... ¿Seguía tratando de escapar?

¿Quería que él nunca la volviera a ver?

"Hah~" Él resopló silenciosamente y sacó su teléfono, dando a sus subordinados algunas órdenes. No mucho después, alguien tocó la puerta, y entró uno de sus subordinados, dándole al hombre una tarjeta.

El hombre se agachó lentamente, mirando a la mujer de rodillas a los ojos. Sostuvo la tarjeta de banco entre sus dedos, diciendo, "Un sirviente Yagami acaba de transferir todo el dinero de esta tarjeta". Jane miró la tarjeta antes de mirar a Sean en confusión.

Él abrió sus labios delgados, diciendo, "Quieres que te perdone, ¿cierto?"

Jane parpadeó. Ella no entendía lo que estaba ocurriendo, pero de inmediato asintió con la cabeza de todas formas.

"¿Crees que yo soy una buena persona?" él continúa preguntando. Ésta vez, Jane se quedó en silencio. Él se echó a reír suavemente. "Así es. Sean Yagami nunca fue un buen hombre, así que no había forma de que él perdonara tan fácilmente."

Él habló como si estuviera hablando de otra persona, mirando a Jane con indiferencia como un gato a un ratón, como un cazador a una presa en su trampa. Una sonrisa seductora apareció lentamente en su hermoso rostro.

"Jane, no hay un solo centavo en esta tarjeta ahora. Todo lo que tienes que hacer es ganar cinco millones". Él meció la tarjeta en su mano mientras decía eso. "Si puedes ganar cinco millones en esta tarjeta, te dejaré ir. ¿Qué opinas?"

¿Qué opinaba ella?... Jane miró la tarjeta entre sus dedos inexpresiva. Hubo una gran desesperación en su rostro... ¡Él nunca tuvo la intención de perdonarla!

Cinco millones... Para ella como estaba ahora, era una cantidad astronómica, ¡más de lo que ella se atrevía a imaginar! Sin embargo, ¿Sean necesita esos cinco millones? Jane comprendió instantáneamente la jugada que él estaba realizando.

Los ojos profundos del hombre estaban fijos intensamente sobre el rostro de ella, captando cada rastro de emoción en su cara. Una luz brilló en sus ojos, y sus labios se curvaron ligeramente... '¿Así que quieres escapar? ¡Sigue soñando!'

Se escuchó un ruido cuando Sean se puso de pie y la tarjeta entre sus dedos cayó enfrente de Jane. "No me interesa lo que hagas, Jane. Te dejaré ir en el momento en que obtengas cinco millones en esta tarjeta. Hasta ese entonces, ni siquiera tienes que pensar en ser libre. Y tampoco intentes huir. Mientras vivas en este mundo, yo podré encontrarte".

Cinco millones... ¿Dónde se supone que ella iba a encontrar cinco millones?

Ella entró en pánico... Luego volteó la cabeza hacia Sean, quien estaba parado en la puerta de la habitación, y dijo, nerviosa, "¡Estás siendo irrazonable, Sr. Yagami! Soy una conserje, entonces ¿Cómo se supone que voy a ganar cinco millones?"

ATROFIA PELIGROSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora