003

198 17 0
                                    

———☆———

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

———☆———

Tercera señal

— ¿Me vas a decir lo que te sucede, o vas a permanecer callado todo el día? Pareces niño pequeño.

Silencio. De nuevo.

Lleva así desde que llegó a mi casa, hace dos horas. Tenia los ojos colorados, seguramente había llorado, por tal razón estaba muy preocupada. Es muy raro que Yuta llore.

— Me voy. —dijo tan solo esas dos palabras, y se levantó del suelo.

— No, no vas a ningún lado señorito. Al menos hasta que me digas que te sucede. —agarré su muñeca.

— ¿Señorito? —sonrío, aún con la nariz congestionada. Se notaba.

Se dejó llevar hasta el sofá, que ultimamente estaba pasando por muchas cosas; crisis existenciales, lagrimas y estrés por los trabajos universitarios, y pijamadas. Porque si, hacíamos pijamadas muy seguido.

— Sabes que puedes decirme lo que sea, pero no me dejes con tu silencio. Me preocupas.

— Yo... demonios. —susurró— Fui a revisar unos papeles de la universidad, y vi a Momo con... Doyoung.

— ¡¿Qué?! —grité.

— ¡No grites! —se tapó las orejas con sus manos.

Eso era imposible, sobre todo por el simple hecho de que el mencionado prácticamente detestaba a la pareja de Yuta. Pero evito decírselo.

Le envié un mensaje sin que el chico deprimido frente a mi lo notara. A los pocos segundos una vibración en el teléfono me hizo entrar nuevamente al chat.

Doyoung

> ¿Cómo te enteraste?

> Como sea, ni me lo recuerdes.
Esa chica prácticamente se me
arrimó, definitivamente ahora me
cae peor que antes.

> Recuérdame nunca más salir
con ella presente, te veo mañana.

— ¿Que haces? —demonios, se dio cuenta.

— ¿Y-yo? Nada. —coloqué el objeto tecnológico en mi espalda. Pero eso no impidió que Yuta me lo arrebatara de las manos.— ¡Oye! Esto es invasión a mi privacidad. —lo perseguí en circulos, mientras el travieso se reía.

Hasta que se detuvo a leer.

— Yuta... —suspiro antes de acercarme con lentitud.

Otra vez silencio. Una extraña acción de su parte me hizo verlo como si fuera un lunático, se estaba riendo.

— ¿Pero qué...? —me pregunté a mi misma.

Esta bipolaridad me está asustando.

— No es por tener rencores contra ella, pero me parece muy bajo rogar por el contacto ajeno. —me devuelve mi teléfono y aún algo desconcertada lo recibo. 

— ¿Estas bien? —pregunto.

— Mejor que nunca. ¿Vamos a comer-

La pregunta queda al aire cuando escuchamos el timbre sonar, Johnny.

— Lo siento, acordé cenar con Suh esta noche. ¿Quieres unirte? —propuse.

— Ah, no... diviértanse, voy a hablarle a Jaemin. —sonrió, aunque forzadamente.

No indague, pensé que a lo mejor necesitaba un tiempo a solas.

Salí de mi casa con un sabor amargo en la boca.

Remordimiento.

———☆———

sweetieshotaro–

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

sweetieshotaro

𝐎𝐍𝐄 𝐓𝐈𝐌𝐄 | 𝐍𝐀𝐊𝐀𝐌𝐎𝐓𝐎 𝐘𝐔𝐓𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora