Pensamientos de una adolescente

❁ 𝐅𝐢𝐧𝐠𝐢𝐫 ❁

¿Fingir?, es una palabra que para mi tiene muchos significados, se deriva del dolor, la tristeza, la angustia, el rechazo, la molestia, la impotencia... ¿Yo?, me considero una experta en el tema. Todos alguna vez han tenido que fingir que algo no les afecta o en su defecto, importa, no hay excepciones, en algún momento de nuestra vida, al menos una vez, lo hemos hecho. En mi caso, digamos que, yo lo hago, muchas veces, todos los días, a toda hora, cada segundo...

Lo considero todo un arte, un talento, no todos logran hacerlo, no todos logran hacer que parezca creíble.

Cuando finges que no te importan los malos comentarios o que no te afectan los gritos, los golpes, la humillación.

Llegue a la conclusión de que la vida siempre intentará hacerte mierda, minimizarte o sencillamente reducirte a nada, de cualquier manera, por cualquier medio, solo es cuestión de tiempo para que suceda, empero, es cuestión de nosotros si nos dejamos destruir o no.

Es una lucha constante, por intentar respirar, para no hundirte, para sonreír, para aparentar que estás bien, cuando en realidad no es así.

Es difícil decir "estoy bien", "ya no me afecta", "ya pasó, olvidémoslo" o simplemente sonreír y tragarte las lágrimas, la impotencia y ver cómo vuelve a repetirse el ciclo, una y otra y otra vez.

Todos tenemos un límite y lamentablemente yo ya estoy llegando al mío...

Todos tenemos un lugar especial, un sitio que nos hace sentir libres, donde fingir se nos hace más fácil, donde hasta a veces no fingimos y solo hay risas, pocos tenemos esa suerte y al parecer yo soy muy afortunada.

La vida es muy corta para vivir de lamentaciones, tristezas y desilusiones, muchas veces es inevitable sentir dolor o decepción para saber que aún seguimos vivos y que por falta de sentimientos o ganas de vivir no nos hemos convertido en personas muertas en vida.

A veces las palabras duelen más que los golpes, se convierten en una herida que en pocas ocasiones logra sanar con éxito, sin embargo no se olvidan, nunca, tal vez se aprende a vivir con ellas, pero jamás se olvidan; siempre vas a recordar esos momentos, lo quieras o no, están ahí y surgen cuando menos lo esperas, es inevitable, ya forman parte de ti, es triste, pero cierto.

Existen ocasiones en las que no podemos con el dolor, es tan fuerte y sofocante que cuesta hasta respirar, hay momentos en los que no sobrellevamos nuestras emociones, es difícil el solo hecho de pensar en todo lo que nos agobia; esto suele pasarme de vez en vez, ¿a ustedes no?. Dolor, lágrimas, golpes, palabras dolientes, sientes que no puedes más, piensas en soluciones estúpidas, en acabar con el dolor, la angustia, la impotencia, simplemente anhelas en acabar con todo lo que te afecta, los problemas, tu tortura personal, solo pides que todo pare y nada más, de la forma que sea y debo admitir que, hasta yo he pensado en ello.

Pero, en mi caso, tengo a dos seres especiales, los llamo mi ancla, son la razón por la que me levanto todos los días, por quienes lucho contra mis demonios, ellos me ayudan y me hacen más fuerte, son esa pequeña luz en la oscuridad — aunque no lo sepan —, gracias a ellos no me he rendido, soporto el día a día, levantó la mirada, sonrío y pienso: "hoy será un gran día", aún cuando sé que el día no será bueno, trato de ser positiva, de no mostrar mis verdaderos sentimientos, de ocultar mis lágrimas, trato de colocar una máscara que oculte mis defectos, debilidades y más importante aún el torbellino de emociones que vive en mí, para que así no puedan hacerme daño, porque ya es más que suficiente con el que me aflige y destruye, pedazo a pedazo, en la mayoría de mis días.

~By Flor Suárez.