❁ 𝐂𝐨𝐫𝐚𝐳(ó)𝐧 𝐫𝐨𝐭𝐨 ❁

27 4 19
                                    

Irónico pensar que eso que siempre te hizo feliz te destruya después de unas cuantas páginas.

Nunca me habían roto el corazón, no de esta forma, nunca me sentí cómo me siento ahora. Y definitivamente nunca esperé que pasara y, quizá, el error fue ese. No esperé salir decepcionada, era mi hogar, mi lugar seguro, era todo y ahora me convirtió en nada.

Nunca me han roto el corazón y nunca esperé que unas cuantas páginas lo lograran.

Y es que, vivir entre mundos y personajes siempre ha sido mi escape, es el lugar que me hace feliz. Es el lugar que escogí, el que descubrí después de varios intentos, es el que más me brinda alegría. Alegría entre tanta tristeza, sonrisas entre tantas lágrimas y vida, vida entre tanta desesperanza. Nada me ha gustado tanto como leer, nada me ha hecho sentir tanto como navegar entre letras. 

Es mi escape y es mi lugar feliz.

Vivir la historia como si estuviera ahí, empezar un libro y vivir con los personajes, crecer con ellos, amarlos y ser parte de todo eso que los hace especiales, amaba sentir eso, lo amaba hasta que leí el libro, ese libro, que me hizo romper por dentro. 

Nunca sentí mi corazón romperse por un libro, hasta que leí esa frase que me hizo doler el corazón. 

No lo esperaba, era uno más, no debía pasar, pero pasó y después de unas páginas todo acabó y era poco creíble, fue inesperado. ¿Cómo esperarlo? Era de aspecto dulce y cómico, era lindo, con drama y algunas inconsistencias, pero no tenía el aspecto de ser algo que me hiciera tanto daño.

Y después de todo eso yo solo era tristeza, sentía mucha ansiedad, estaba incrédula, eso que me daba alegría no podía ser la causa de tanto dolor, pero lo era y quizá era exagerado, así me sentía y no podía evitarlo, tal vez sea inentendible y probablemente a todos nos ha sucedido, no del mismo modo, ni en el mismo contexto, pero estoy segura de que a todos nos ha ocurrido.

Ahora bien, eso que te da alegría no puede destruirte, ¿o puede hacerlo? no hay que subestimarlo, a veces la confianza es arrebatada tan rápido como un parpadeo y es sorprendente porque para entregar esa confianza lleva bastante tiempo. Tiempo perdido.

Y ya no hablo de páginas con letras tristes que cuentan historias paralelas. 

Quizá no era el libro ni esas letras, tal vez no fue ese texto o tal vez ni siquiera se trate de eso, quizá era yo que estando rota en un mundo roto con una sociedad aún más rota, había pasado días horrendos, recibiendo un golpe, suspirando y dando la cara. Era yo aguantando, esperando un cambio, olvidando pero no olvidando, llorando por dentro, reprimiendo todo y que, como un vaso que recibe gota a gota se fue llenando hasta que esa última derramó el vaso.

Fue así o no lo fue, en todo caso me impactó tanto que fue esa última gota la que provocó antes un colapso, lágrimas, ansiedad y un dulce pero no menos doloroso, corazón roto.

¿Y cómo dejarlo ir? ¿Cómo hacerlo? Si lo único que mi cerebro podía hacer era revivirlo una y otra vez, sin espera ni descanso, bloqueando otras opciones, impidiéndome olvidarlo y dejarlo. 

Así que intenté plasmarlo, y fue irónico, al menos para mí, que eso que me hacía tan feliz ahora estaba destruyendo lo que yo era, y del mismo modo, no podía sacarlo de mi sistema, se me hacía imposible, no podía leer más que un par de palabras o escribir un par de líneas antes de bloquearme y volver al inicio.

Me dolió y estuve demasiado, demasiado tiempo sin superarlo, tanto que con los días me rendí, los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses.

Meses hasta que pude tomar un libro y leerlo sin problema, hasta que pude tomar este texto y continuarlo sin pausas, ni trabas y después de tanto, de días feos y semanas agobiantes recordé que este era mi escape, que eso me hacía feliz y que yo necesitaba alegría porque la vida ya es lo suficientemente fea para no escoger ser feliz. 

Así que lo hice, y después de unas cuantas palabras se hizo menos complejo y cuando me di cuenta, estaba siendo feliz de nuevo, en otro mundo dejando atrás ese que me había dejado el corazón roto y escapando de este mundo que de vez en cuando me destruía poco a poco.

Lo deje atrás por un rato y por ese rato la vida fue un poco más hermosa, volví a las sonrisas que fueron efímeras pero existieron de nuevo y dejé, por fin, atrás eso que tanto daño me había hecho.

Y no solo me refiero a historias tristes de libros aparentemente buenos.

~By Flor Suárez.

Pensamientos de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora