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Realmente es difícil remontarse al momento exacto en el que Jungkook quedó totalmente flechado por Jimin. Jungkook dedicaba las noches a recrear los momentos de su infancia, cuando él y Jimin se conocieron. ¿Amor a primera vista? No lo creo. Lo primero que pensó de él en cuanto lo vió, fue que era un niño mal educado, de esos de los que su mamá le prohibía juntarse. Pero tal vez, a Jungkook le gustaban los niños mal educados.

Fue en un tonto campamento de verano a los diez años cuando se vieron por primera vez. Durante todo ese tiempo se odiaron, competían en todas las actividades aunque estas sólo eran para divertirse. A veces abrumaban a los demás niños con la tensa aura que los envolvía. Cuando aquel campamento terminó, se dieron cuenta de que asistían a la misma escuela. Al principio continuaron con su rivalidad, sin embargo, para un par de niños de diez años, lo único importante era jugar, y eso hicieron. Jugaron hasta que se dieron cuenta que no se odiaban del todo. 

Entonces, Jungkook se pregunta. ¿Cuándo fue que empezó a sentir mariposas en el estómago con la sola presencia de ese idiota a su lado? Difícil pregunta a decir verdad. Tal vez cuando Seokjin, su vecino mayor por tres años, le habló sobre lo que hacía con su novia de ese tiempo. Jungkook regresó confundido a casa ese día, porque solo podía pensar en una cosa. Él y Jimin haciendo haciendo lo mismo. O también podría ser cuando en el colegio todos se reunieron a jugar verdad o reto bajo las escaleras, donde los profesores no podrían verlos. Lee Suni de la clase 2 retó a Jimin a besar a Kim Jisoo de la clase 3. Jimin lo hizo. Jungkook no podía creerlo. ¿Había dado su beso así sin más? ¿Acaso era estúpido? ¿Por qué le enojaba tanto?

Cuando llegó a casa, tomó una siesta. Soñó que al que besaba Jimin esa tarde no era a Kim Jisoo, sino a él.

—¡Mueve el culo, Jungkook! No te pago para que estés mirando la pared—Jungkook quiso golpear la pared. En este maldito trabajo no lo dejaban ni siquiera pensar en paz.

—Cierra la boca Suwoon. Estoy en mi descanso—se defendió él.

—Tu descanso se terminó hace tres minutos, deja de babear y voltea esas hamburguesas—el pelirrojo miró el reloj de su muñeca. Rodó los ojos porque era verdad. A ese tipo no se le pasaba ni un minuto.

Se levantó de la silla en la que estaba y soltó un suspiro. A decir verdad no tenía necesidad de estar trabajando en ese nido de ratas, sin embargo, este mes saldría la nueva consola que había estado esperando desde hace un año. Sus padres dejaron en claro que no gastarían dinero en algo que más tarde sería una adicción para él. Hablaron desde la voz de la experiencia. Hace dos años tuvieron que vender su consola vieja porque Jungkook no hacía nada más que jugar día y noche sin parar.

Voltear hamburguesas no era del todo malo, claro, dejando de lado a su molesto jefe y los restos de grasa que quedaba en su ropa.

Sintió su teléfono vibrar en su bolsillo, Jungkook se percató de que Suwoon no estuviese cerca y echó un vistazo. Era un mensaje de Jimin.

"Estoy afuera"

"Dame cinco minutos" contestó.

Cuando terminó los últimos pedidos que tenía, lavó rápidamente sus manos y tomó la primera bolsa de basura a su alcance.

—Iré a sacar la basura—anunció, yendo hacia la puerta trasera.

—No esperes pago extra por eso—escuchó gritar a Suwoon desde el otro lado. Como siempre, sólo rodó los ojos.

Abrió la puerta trasera y ahí estaba él.

—Hey—escuchó saludar al pelinegro una vez salió.

—Hey—contestó simple. Dejó caer la bolsa negra al tacho de basura y se recargó en la pared. Estiró su cuerpo y miró a su mejor amigo.

—¿Estás en tu descanso?—se acercó Jimin.

—No, pero Suwoon sí, así que no hay nadie supervisando.

—Eres el peor empleado—dijo con burla el contrario. Jungkook lo miró con los ojos entrecerrados.

—No dices lo mismo cuando te regalo las sobras.

—Hablando de sobras...—Jimin le dió aquella mirada de cachorro que ya tan bien conocía. El pelirrojo rodó los ojos por décima vez en el día pero esta vez con una sonrisa de lado. Jungkook era fuerte, pero no tanto.

—Ya decía yo que era raro que me vinieras a visitar.

—Lo dices como si fuera un interesado.

—Eso eres—respondió.

—Adivina con quién fui hoy al parque de diversiones—preguntó él con una mirada orgullosa. Jungkook alzó una ceja y no dijo nada.

—No lo sé, ¿la reina Isabel?

—Mejor.

—No recuerdo haber ido contigo al parque de diversiones—indicó. Jimin soltó una risa por lo bajo.

—Taehyung—Jungkook se mordió el labio inferior. Claro que era Taehyung.

—Fue increíble. ¿Sabías que a Taehyung también le gustan los mismos jueguitos que a ti?—informó. Como si aquello le importara al pelirrojo. Jungkook trató de hacerse el sorprendido.

—Oh, ¿en serio?—exclamó con amargura.

—Sigo creyendo que ustedes serían buenos amigos—Jungkook frunció el ceño.

—¿Por qué siempre te empeñas tanto en que sea amigo de tus amigos?—el pelinegro se alzó de hombros.

—A todos les gusta que sus amigos sean amigos entre ellos. Además, Taehyung parece ser un poco diferente, tal vez debas empezar a acostumbrarte a él un poco más—se miraron fijamente por un par de segundos. Jungkook tragó saliva y sólo asintió con la cabeza. Bajó la mirada y se dió media vuelta.

—Espera aquí, ya te traigo las sobras.

—No les llames así, me hace sentir un vagabundo—Jungkook sólo rió sin ganas.

Genial, el amor de su vida se iba al parque de diversiones con su noviecito mientras él volteaba hamburguesas como todo un fracasado.





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cap cortito✋

fuck boddies ★ jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora