Dalai.

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/Dalai/

—Lo siento, pero no tenemos mucho en esta casa.—El rostro del hombre estaba un poco rojo su hermano se movía en silencio, arrastrando algo donde su vista quedaba interrumpida por una cortina..—Sucede cada poco tiempo. Es un poco difícil de explicar.

Yu Li término sentado en una pequeña choza. El pozo de fuego estaba apagado, pero tenía cenizas frescas. Hacía calor.

El hombre llamado MengMeng lo miro unas cuantas veces con la duda escrita en su rostro. A pesar de que su nombre sonaba un poco ridículo, era bastante confiable.—Te pasa todos los ciclos estacionales, puede que ahora estés un poco perdido, se repite hasta cuatro veces según lo que he visto. En algunas ocasiones es algo más violento.

Estaba enfermo al parecer. Por lo menos el hombre al que había poseído lo estaba. Ju Li no tenía ninguna queja. Tomó con cuidado las tiras de carne seca que le ofrecieron.

—Gracias estaba un confundido.—Menmeng no se molestó ante lo burdo que sonaba su comentario. Pocas veces había visto a un hombre tan dócil, pero eso no le molestó. Con su altura natural se veía casi cómico sentado junto al pozo, a penas podía creer que era del mismo tipo que él.

—La estación fría parece lejana, pero ten cuidado. Si es tan feroz como el año pasado puede que...

Las palabras del hombre fueron especialmente serías. Ya le había explicado algunas cosas por lo que Yu Li no deseó ser duro con él.

—Estoy bien solo.

Independiente de quién sea esa persona ya no estaba más. Lo único que podía matarlo era el arma de un veterano general, no las dificultades de la vida cruda.

Hubo un ligero movimiento. Yu Li captó al pequeño al instante.

—Entrégalo.—el hermano mayor dio una orden suave. Yu Li apartaba la vista de su barriga abultada a cada rato, de alguna manera sus ojos siempre llegaban a ese lugar.

—Dalai... Es del hermano Dalai. Será mejor que se lo devuelvas tarde o temprano—La voz del joven Doma resonó en la cabaña mientas apretaba el recipiente contra su pecho. Incluso después de que temiera por su vida, a aquel ladronzuelo le gustaba actuar como las bestias de la montaña.

Pero incluso si quería ser un tigre feroz, nada podría salvarlo de la palma amorosa de un familiar. Tenía una mejilla roja de la fuerte bofetada que recibió, el único forastero se sintió fuera de lugar ante tales dramas familiares, pero se mantuvo sin expresión hasta que escucho ese nombre por tercera ocasión:—¿Dónde vive, tiene familia?

El repentino cambio a humor de su invitado hizo que MengMeng dejará de disciplinar a ese niño travieso. Se encogió de hombros.

—Dalai, solo puedo decir que una buena persona. Si no fuera por él mi hermano menor hubiera muerto en por lo menos un par de ocasiones.—el tono de su voz bajó un poco.— Antes, intentaste cortejarlo,—una ligera sonrisa escapó de sus labios —pero no estaba interesado en emparejarse con nadie que no fuera él. Pasaron los años y luego sucedió aquello y luego ese incidente, ahora es alguien solitario. Un marginado de la aldea, cómo tú y yo.—ante lo último su hermano menor formo una mirada nostálgica en sus ojos. El exterior del terreno de la aldea era pobre y peligroso, un lugar dedicado para que la personas que se convertían en un carga murieran lentamente.

Había demasiada información en esas frases. Yu Li se sintió un poco mareado de repente. Al parecer, esa persona además de ser un loco repudiado por la comunidad, acosó a otro hombre que terminó cayendo «en desgracia después. Fue la misma persona la única que intentó ayudarle mientras estaba al borde la muerte, la fiebre que de cierta manera lo mató para que Yu Li pudiera ocupar su lugar. Desde todos los puntos de vista era algo complicado en verdad.

Ley de Bestias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora