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— ¡Maldición, ya me duelen las manos!

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— ¡Maldición, ya me duelen las manos!

Entre más pasaban los días, mas estrés tenía Siren en la cabeza. Por una parte, estaba realmente emocionado por compartir más canciones y obtener dinero, pero por otra parte, estaba molesto consigo mismo por no detenerse a pensar en las consecuencias desde un principio. ¿Qué iba a ser de el si no era del agrado de los invitados del cumpleaños? Peor aún... ¿y si el cumpleañero aborrecía sus canciones?

Todos los días ensayaba todas y cada una de las canciones que él había escrito, así como de distintos artistas por si acaso. "Siempre hay que estar preparado para cualquier inconveniente" Se repetía mientras soportaba el dolor de no descansar.

-Deberías escribir otra canción. Tal vez te ayude a relajarte.-Le sugería su amigo de cabellos azul oscuro.

— Tal vez, pero no tengo inspiración para hacerlo.

Tocaba acordes al azar mientras decía cualquier estupidez. Parecía que le estaba afectando más de lo normal el asistir al evento.

— Siren, de verdad nos estas preocupando a todos. ¿No quieres que le cancele a Ermi?-

¡NO!-Habló en un grito.- Es que... Él dijo que ya le habían quedado mal una vez. Además, el evento es en dos días.

Antes de fijarse en sí mismo, Siren ayudaba a los demás. "Creo que debería tenerse un poco de amor propio" Pensó Pagoon.

— Bueno.

— Dime si esta canción es buena para tocarla ese día.

Su contrario asintió con la cabeza, dando comienzo a una de las canciones del chico de cabello celeste.

Si fuera por él, se haría un chocolate caliente y junto con una cobija saldría al patio trasero y cantar una melodía, pero lamentablemente tenia cosas que hacer

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Si fuera por él, se haría un chocolate caliente y junto con una cobija saldría al patio trasero y cantar una melodía, pero lamentablemente tenia cosas que hacer. Hoy era ese "fatídico" día -según él-.

Ermi le había comentado que podía ir vestido como quisiera, pues era el cumpleaños de uno de sus conocidos. Escogió la camiseta con el diseño más bonito que tenía en su armario, junto con un pantalón decente y los primeros zapatos que se encontró por el lugar.

𝓐𝓛 𝓐𝓘𝓡𝓔 ♡ 𝘊𝘢𝘴𝘵𝘪𝘭𝘭𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘦𝘭 𝘮𝘢𝘳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora