CAPITULO 3

45 4 2
                                    

Nunca es demasiado tarde para ser la persona que podrías haber sido. – George Eliot


Los rayos del sol entran por la ventana, meto la mano bajo la almohada y tomo mi teléfono, lo reviso ¡joder es tardísimo! Me levanto de la cama de un salto y corro hasta la ducha, ¡no no no! necesito estar en diez minutos en la universidad para presentar un avance del proyecto, me visto lo más rápido que puedo, recojo mi mochila y bajo las escaleras, mi madre está en el jardín junto a mi hermana que al parecer no tuvo clases, voy hasta donde ellos para darle un beso en la mejilla a cada uno como despedida,

—Buenos días familia y adiós—

—¿hija, no vas a desayunar? Tu hermana ha preparado unos ricos huevos revueltos para ti— grita mama cuando voy llegando a la salida

—lo siento, voy muy tarde, y necesito estar en la universidad en menos de cinco minutos—

—¿escuche mi nombre? Me llaman el señor velocidad así que tu tranquila— escucho la voz de Álvaro a mis espaldas, cruza su brazo por encima de mis hombros y me da un beso en la mejilla, es un gran amigo y se ha ganado el cariño de toda mi familia, siempre esta cuando más lo necesito, el día después de habernos mudado a esta casa, lo conocí y de inmediato llego ofreciendo su ayuda con la mudanza, todo con la excusa de saber mi nombre , lástima que nunca he podido verlo como algo más que un amigo, hasta a nuestras familias les encantarían vernos juntos, la verdad me da miedo perder esa amistad tan linda que se ha creado entre nosotros, pero él nunca pierde la fe de que algún día yo me enamore de él.

—me has caído como anillo al dedo— me apresuro a salir de la casa, jalándolo del brazo mientras él se despide de Andra y mi madre levantando su otra mano y me sigue a paso rápido y se sube al auto, enciende el auto y arranca a toda velocidad ¡joder espero llegar a tiempo! Aprovecho para aplicarme maquillaje y tapar las horribles ojeras que tengo

—He notado a la señora Elena más tranquila—

—si lo está, el otro mes tiene cita con el médico y espero que tenga buenas noticias—

—sabes que cuentas conmigo para lo que sea—

—ya lo sé, gracias por siempre estar para mí— lo miro y se ríe —que es tan gracioso imbécil- le lanzo un golpe en el brazo, nadie mejor que el para cambiar de tema rápidamente, el sabe cuanto me afecta hablar de esos temas.

—¡Tuu! Vas a necesitar más que maquillaje para cubrir esas ojeras ¿Cuánto dormiste anoche?—

—como dos horas y media—

—¡wow! Necesitas un descanso Irianne ¿Cuándo es tu día de descanso?—

—lo sé, lo sé, pero sabes que ahora mismo necesito esforzarme más si quiero tener el dinero completo para viajar a suiza— desde que me entere que existía una posibilidad de que mi madre volviera a caminar, no he tenido descanso en el trabajo, en la próxima cita estará un médico muy reconocido de suiza y parece que ha revisado el caso de mi madre, está esperando a ver unos exámenes que le realizo, si todo sale como esperamos, la operación sería en suiza y con tratamientos ella pondría volver a caminar, cuando me entere de eso, sentí como mi alma volvía al cuerpo, el médico que trata a mi madre nos pidió que no estuviéramos confiados de que si la operarían, para que no nos duela algún mal resultado, aparte de que sería muy costoso, pero no me importa, la salud de mi madre es primero y si me toca pausar el semestre para poder trabajar más horas no me importaría, todo sea por ella.

—aquí tierra llamando a Irianne—

—oh mierda, ¡muchas gracias amigo!— salgo del auto apenas me doy cuenta que ya llegamos, corro hasta mi salón, estoy llegando demasiado tarde, ese profesor es muy puntual, ¡vaya suerte la mía!

Golden Dream Donde viven las historias. Descúbrelo ahora