Capítulo 25

6K 193 61
                                    

Esté fic no es mío, es una adaptación en portugués.

***

Valentina POV.

Oriana ahora me hacia sentí más la falta de mis padres, y yo sabía el motivo. Alguna parte de mí quería tenerlos cerca para mostrarles la increíble obra de arte que había traído al mundo, y verlos felices con una nenita linda que jamás pudieron tener. Quería también mostrarles el tamaño de mi felicidad, y como, en realidad, todo mejoro después de que Juliana apareció en mi vida.

Quería que ellos hubieran conocido a Juliana.

Me gustaría que ellos estuvieran aquí.

Es bueno tener a Lupe y Michel siempre cerca. Era en momentos donde mi tristeza huérfana aumentaba que ellos me hacían sentir como en casa, dentro de una familia, sin nunca encontrar que aquello era sólo gentileza. Yo realmente pertenecía a esa familia, y eso era algo maravilloso. Más maravilloso aún era saber que mi hija, la personita que más amaba en el mundo, formaba parte de ella.

Aunque los cortes de mi operación todavía duelen, todo en lo que yo podía mirar era su presencia. Tal vez podría incluso importarme con el hecho de que el parto no fuera de la forma que yo quería, pero después de que el Dr. Lewis explicó exactamente lo que había sucedido y toda la dificultad del proceso (porque todo había pasado tan rápido que no tenía idea de nada) todo lo que hice fue agradecer por simplemente tener a mi hija conmigo. Viva, saludable y hambrienta.

Lupe y Michel parecían radiantes con la presencia de ella en los horarios de visita, y todo lo que Juliana hacía era mirarla como si fuera una mini bomba atómica. Oriana era asustadoramente calmada, excepto cuando tenía hambre. Por eso era común verla entrando en la habitación a los berridos en brazos de una enfermera y verla quedarse repentinamente calmada cuando alcanzaba mi pecho. Dolía un poco. Era violenta y nada sutil. Pero no conseguía realmente sentir dolor.

El sueño parecía tomarla después de cada furiosa comida, pero ella no se daba por vencida antes de pasar algún tiempo analizando llena de curiosidad los rostros sonrientes de allí. El rostro de Juliana era siempre la que parecía llamar más su atención, y era siempre en su regazo donde Oriana terminaba durmiéndose, exhausta de la tentativa de entender quién era Juliana y por qué parecía derretirse toda por ella.

Ella, a su vez, no ocultaba su más nueva obsesión, y aunque pasaba todo el tiempo permitido a mi lado, mimándome de la forma que sabía hacer muy bien, era sólo que Oriana entrara en escena para que yo fuera inmediatamente olvidada y sustituida por la misma. Pero no me molestaba. En verdad, sinceramente, creía que era adorable.

-Mientras que ella sea la única mujer que prefieras antes que a mí, todo bien. – Hablé repentinamente mientras la aniñaba después del almuerzo.

Juliana sonrió de manera simple, desviando la mirada de su hija sólo por un segundo para mirarme con una expresión que decía "no seas tonta."

-No estoy reclamando. – Concluí.

-Claro que no lo estás. – Ella murmuró, volviendo a mirarla. – Sabes que la amo a las dos de formas diferentes.

-Está bien. – Acaricié la almohada detrás de mí y me acosté despacio de manera casual. – Pero cuando la cuarentena acabe voy a exigir que me muestres eso.

Levanté una ceja tratando de parecer seductora, pero parecí ridícula. Ella me miró otra vez, con la misma expresión tranquila de antes. Eso era bueno: Al menos Juliana no se rió de mi cara.

-Ah, mi amor... - Ella comenzó de manera sencilla, como si estuviéramos hablando sobre regalos de Navidad. – Tan pronto como la cuarentena termine, te voy a mostrar exactamente de qué forma te amo.

My Sweet Prostitute (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora