Amy Rose: La guia de mi corazón

n°24

El pueblo de Mobius con el tiempo se convirtió en una gran ciudad, con bastante gente y siendo muy concurrida. Y por ende el papel del Team Sonic de había vuelto indispensable al ayudar a los ciudadanos.

Entre algunas cosas sencillas era vigilar el centro, en el cual se solían perder muchos niños y se atrapaban muchos ladrones. En el turno de guardia estaba Shadow, el erizo vetado estaba caminando mirando todo a su alrededor, asegurándose de no perderse de ningún detalle, hasta que una melena color rosa le llamó la atención. Camino con apuro hacia ella, y al llegar pudo encontrarse con una joven canario que al verlo sonrió y le pidió una foto, lo cual el erizo vetado no se negó.

Tras sacarse la foto, se frotó la frente, tratando de despejarse, no quería cometer errores como confundir a la gente, pero tampoco podía sacar a la eriza rosada de su mente tan fácil.

-Me da un kilo por favor -aquella dulce y aguda voz la reconoció de inmediato, el erizo automáticamente giro su cuerpo en dirección a una verdureria, en la cual pudo ver la silueta de la eriza rosada, inconscientemente su cuerpo corrió en su dirección- muchas gracias -sonrio la eriza, comenzando a irse del lugar-

El erizo vetado se abrió paso entre la gente de manera apresurada, pero la eriza termino desapareciendo frente a sus ojos, el azabache estaba a punto de saltar a un techo para tener mejor visión, pero una pequeña mano le detuvo.

-Señor Shadow... -era un pequeño ratón el cual sotenia un muñeco del mismo erizo- no encuentro a mi papá-

El azabache queriendo perseguir a la rosada, decidió cargar al pequeño niño para encontrar a su padre, el cual estaba buscándolo a unas cuadras. Una vez cumplida su misión metió la mano en su chaqueta encontrándose una nota que decía:

"Tienes buena vista, pero no lo suficientemente buena"