Compañero Protector ( Libro 3)

Capítulo 9

Singto se dio la vuelta cuando el sol entraba a raudales por la ventana de su dormitorio. Tenía la manera justa de despertar a su compañero esta mañana y fue al cajón de la mesilla de noche, buscó hasta que encontró lo que quería.

Sacando el bote de lubricante, lo abrió silenciosamente antes de retroceder y acurrucarse contra la espalda de Krist. Singto movió su mano bajo las sábanas y subió la pierna de su compañero hacia adelante, abriendo el agujero de Krist a sus dedos. Vertiendo el líquido en su mano Singto lo aplicó rápidamente sobre su erección antes de frotar los dedos sobre el agujero de Krist.

Singto empujó dos dedos profundamente contra el caliente cuerpo de Krist, encontrando que estaba extendido desde la noche anterior cuando hicieron el amor. Singto se apresuró a añadir un tercer dedo, después de estar satisfecho de que no haría daño a Krist, quitó los dedos y alineó su polla.

Poco a poco empujó hacia adelante, la cabeza de su polla pasó el anillo de músculos y paró, permitiendo que el cuerpo de Krist se acostumbrase. Krist gimió y se empujó contra él hasta que Singto estuvo totalmente dentro, sus pelotas apoyadas contra las mejillas del culo de Krist.

—Hmm, buenos días, cariño. Qué bien se siente.

—Adoro la manera en la que me despiertas. —Dijo Krist adormilado.

Singto se rió entre dientes. Llevaban viviendo juntos dos semanas. Hasta ahora, Singto había despertado a Krist, con una mamada, un beso negro, incluso una mañana, le ató las manos a la cama con sus corbatas de seda y pasó una pluma por todo su cuerpo volviéndolo loco, por fin le hizo el amor lentamente.

Singto esperaba encontrar nuevas y emocionantes maneras de despertar a su compañero el resto de su vida, pero de momento iba a disfrutar de lo que había comenzado. Singto sacó lentamente su polla hasta la cabeza, antes de golpear de nuevo hacia adelante.

Krist gruñó, gimió y empujó de nuevo. Singto estableció un ritmo constante y pasó su brazo alrededor de Krist para coger su goteante polla. Solo le tomó tres golpes antes de que Krist volviera su cabeza y mordiera la almohada antes de gritar y correrse.

La sensación de sentir contraerse los músculos de Krist fue suficiente para Singto, se inclinó hacia adelante y hundió sus caninos en el cuello de Krist, entonces siguió a su compañero con su orgasmo. Singto siguió empujando contra Krist cuando el nudo se extendió y se sujetó a su próstata. Krist gritó en la almohada una vez más cuando su cuerpo entró en erupción por segunda vez antes de quedarse lánguido debajo de Singto.

Alejándose Singto lamió la marca que había hecho y se acercó a Krist mientras esperaba que retrocediera el nudo. Las últimas dos semanas habían sido las más felices de la vida de Singto. Krist y Samy se habían trasladado oficialmente y habían convertido la habitación libre en una habitación de la que cualquier niña estaría orgullosa. Singto había tenido razón y había color rosa por todas partes, pero no le molestaba el color, siempre y cuando Samy estuviera feliz. Krist había comenzado su trabajo en la escuela y hasta ahora parecía disfrutar.

Sintiendo ceder el nudo, Singto le dio un beso a Krist en la mejilla antes de darle en el culo un azote.

—Vamos, huesos perezosos, a la ducha. No te puedes pasar todo el día en la cama.

Krist gruñó antes de darse la vuelta y seguir a Singto al cuarto de baño. Después de darse una ducha rápida y afeitarse, se vistieron y se unieron al resto de la familia para desayunar.

Samy ya se había levantado y estaba con su tostada de margarina sobre pan tostado. Mirando a su alrededor, se dieron cuenta que Mew y Gulf no estaban.

No sabían que estaba mal con Gulf, todavía tenía problemas para mantener en el estómago los alimentos. Mew estaba tratando de darle Gatorade para que no perdiera electrolitos, pero incluso eso lo vomitaba a veces. Bright lo mencionó en la reunión de la manada la pasada noche, por si alguien tuviera la esperanza de saber que estaba pasando.