Preludio De Invierno

Segundo hogar

El silencio de la habitación sólo provocaba que centrara toda mi atención al médico que me miraba con profundo disgusto desde el otro extremo, sin embargo, cuando él decidió hablar hizo que inconscientemente girará el rostro en dirección al paisaje que se encontraba tras la ventana.

- "¿Vas a continuar actuado tan descuidadamente?"- Camino hasta estar lo suficientemente cerca como para que pueda extender mi mano y cubrirle el rostro. – "Soy tu doctor, no un dios"

- "Lo sé, no puedes llenar mi piel con parches que tarde o temprano volverán a abrirse"

- "Deja de lado esas analogías, sé perfectamente lo que estás pensando, sin embargo, deberías considerar más tu cuerpo"

- "Está bien..."- Antes de que tuviera la oportunidad de continuar hablando la puerta se abrió de golpe.

- "¿¡Cómo está!? Se ve a recuperar, ¿cierto?" – La ansiedad en la pequeña mujer se desbordaba por sus ojos

Empecé a reír, incapaz de comprender las emociones de mi dedicada asistente – "Todavía no he muerto, ¿De qué te preocupas?"

Luego de que todos se aseguraran de mi estado pude regresar a casa, sintiendo una pena enorme al no haber cumplido mi promesa con Sunshine, no obstante, como era de esperar él está feliz de verme, haciendo que me siente en el sofá para que pueda saltar sobre mí y descansar. Ruth también entró y ahora estaba ocupada haciendo una sopa en la cocina, lo que no tardó mucho hasta sentarse en el sofá frente a mí mientras extendía la comida en mi dirección.

- "La exhibición se realizó bajo los parámetros que realizó, además, hubo muchos interesados en sus obras"

- "Mmm" – Seguía comiendo con desinterés. - "¿Hay alguna persona dispuesta a cumplir con todo para entablar una negociación?"

- "Por supuesto, toda la información ya se la envié a su correo"- Dijo alisando su ropa.

- "¿Vas a una cita?"

- "¿Por qué lo dices?" – Nerviosa se levantó del asiento y usando su habitual sonrisa profesional emprendió un viaje en dirección a la puerta.

Con una sonrisa lánguida levanté la mano para despedirme, pero a medida que hablaba empecé a bajar dedo por dedo con malicia - "Dale al doctor saludos de mi parte"