Resistencia

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"Alguien dijo que los artistas nacieron para no ser comprendidos, para correr en círculos entre esfuerzos que no valdrán la pena y los escritores perderán el tiempo entre palabras jamás dichas, pero nadie necesita escuchar lo que no necesita, lo que ha recordado a lo largo de su vida, déjame respirar antes de sangrar porque prefiero morir en lo único que no me arranca la vida" se adjuntó una imagen agradable a la vista, un café en una mesa moderna y una delgada mano descansando sobre esta, la publicación alcanzó rápidamente más de 5.000 comentarios, las personas son ampliamente conocedoras de las pocas interacciones que hago en la red, las cuales no serían realizadas de no ser por el trabajo, los comentarios eran muy diversos, algunos preguntaban por las próximas obras en las que trabajaría a continuación, futuros trabajos literarios o colaboraciones en el mundo audiovisual, sin embargo, siempre existen las interacciones que terminaban por dejarme con muchas preguntas, ya sean desde comentarios acerca de mi mano, uñas o tono de piel, hasta el lugar de compra de la taza.

Realicé la rutina de cada mañana y antes de partir al trabajo, miré hacia atrás para darle la última ojeada a Sunshine, quien estaba sentado en el pasillo consciente de que debía salir sin él.

- "Volveré pronto hoy, lo prometo"- Sonreí antes de cerrar la puerta.

La preparación no presentaba ningún percance hasta que dando las últimas instrucciones una gota de sangre manchó los documentos que tenía en mis manos, el tiempo avanzo lento y yo intentaba ocultar mi profunda frustración tras una sonrisa profesional a pesar de la desesperación de Ruth. Extendí mi mano en dirección a mi nariz intentando controlar el sangrado mientras tomaba aliento para hablar.

- "Mañana será la inauguración y todos han trabajado arduamente, por lo que se ha decidido que el día de hoy todos podrán salir a las 3 de la tarde, que tengan un buen día."

Las respuestas no tardaron en llegar, por lo que tras una leve reverencia abandoné el lugar, no podría decir con certeza si se debía a la presión de asistir a la exhibición o por el exceso de trabajo que he aceptado recientemente, ya sea colaborar con el mundo audiovisual o ir constantemente a la editorial, pintar, dibujar o esculpir, olvidé completamente la resistencia que tenía. Procedí a limpiar el resto de sangre que quedó en mi rostro gracias a que después de unos minutos dejé de sangrar, comprobé que no hubiera manchado mi ropa y abrí la puerta, el rostro disgustado de mi asistente parecía querer arrastrarme directamente al hospital, puede ser una persona que no permanece por más de dos minutos en silencio pero es alguien completamente competente en el trabajo, sabía que iba a reprenderme por mi actitud descuidada ya que de primera mano sé que es la única persona que ha convivido conmigo los últimos 5 años.

Antes de que tuviera la oportunidad de abrir la boca pregunté en un tono completamente serio –"¿Cuándo vas a casarte? Vas a estar soltera toda la vida si sigues así".

- "¡Algún día voy a casarme"- Gritó, molesta por mi comentario, pero como si recordara algo importante, palideció – "¡Vamos al hospital! ¿Quieres que muera de un infarto? No podemos pasar por alto cualquier indicio de malestar, piensa que, si algo te pasa, yo" – Dejó de hablar abruptamente a punto de romper en llanto.

- "¿Qué?"- La miré fijamente esperando la respuesta.

- "¡¿Quién más podría darme un sueldo tan alto?!" – Guardé silencio por unos minutos pensando seriamente lo estúpida que fui al esperar otra respuesta, aunque sabía la verdad.

Tras un largo suspiro extendí mis manos hacia su rostro dando leves golpes mientras la alejaba de mí – "¿Cuánto tardaría en conseguir otra asistente?".

Preludio De InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora