El fantasma de la ópera

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Intento dormir, pero escucho sus pasos en la cocina como un fantasma que se niega a desaparecer de las grietas de mi ser, tarareando la misma canción cientos de veces hasta que esa hermosa sinfonía me deja caer en la desesperación, puedo ver como una y otra vez intento enterrar la culpa en medio de otra pelea con mi reflejo. Las horas transcurrieron y alguien estaba llamando a la puerta, Sunshine me acompañó a abrirla a pesar de haber interrumpido su sueño, al otro lado de la puerta Ruth me extiende un par de bolsas con comida.

- "Donde no tuviera conocimiento de tu insomnio, me daría media vuelta y llamaría a las autoridades"- Entró al apartamento luego de quitarse la chaqueta y dejarla en el perchero que compré semanas después de verla dejar sus abrigos y chaquetas por cualquier para de la casa.

- "Gracias".

- "¿Vas a maquillarte? Al menos para que no parezcas un muerto, no es feo, sólo particularmente impactante..."

- "No, voy a aplicarme protector solar y me pondré las gafas"-Pasé la mano derecha por mi cabello desordenado.

El viaje en coche se hizo eterno aún si la distancia no era tan larga, ya sea por las conversaciones sin sentido que teníamos para pasar el rato o porque no me encontraba en las condiciones aptas para entablar una conversación por más de dos minutos.

Sentada frente a la computadora mi mente se desconecta abruptamente tras escuchar la presentación dada por los anfitriones, quienes hablan de la verdad con tanto entusiasmo que termina por astillar mi alma al ver al fondo de la habitación ese rostro que no podría olvidar aún si pagara por cada uno de mis pecados, esos ojos verdes cosen mentiras a lo largo de piel con resentimiento, al contrario de mi deseo interno por mantener mi mirada allí, la arrastré directo a la pantalla temiendo que aquel espejismo del pasado permanezca en ese lugar donde las cicatrices continúan sangrando.

- "Buenas tardes a todos los oyentes, ¡como sabrán el día de hoy nuestro invitado es alguien muy difícil de contactar!" – La joven tras la pantalla se veía completamente emocionada, a diferencia de mí, que me encontraba frunciendo el ceño ante la cantidad de audiencia de la señorita. – "Hola, Fantasma de la ópera".

Tras meditar unos instantes antes de abrir el micrófono, me preparaba para las complicaciones que podrían surgir tras esta entrevista –"Buenas tardes"

- "¿Cómo estás el día de hoy?"

Un suspiro largo venía de la otra persona que se encontraba en la sala - ¿Quién nos diría que el Fantasma de la ópera tendría una voz tan preciosa?".

-Bien, gracias, y ¿Ustedes? – Sostenía un café en mi mano izquierda mientras leía los comentarios

- "Bien, ¡Muchas gracias por preguntar!"

- "¡Muy bien!"

Las preguntas base trascurrieron tranquilamente y comencé a tener control de mi respiración, las vistas desde la ventana de la oficina hacen que mis ojos vaguen cerca de ellas, como si quisieran que los recuerdos de hablar sobre mí encendieran las luces rojas y las señales de stop.

- "¿El libro "¿Si me recuerdas" está dedicado a una relación el pasado, personalmente, yo lloré demasiado con él?" – La rubia sonreía con sus dientes perfectos frente a la cámara haciéndola parecer dulce e inocente.

- "Así es"

- "¿Quiere que decir que la frase final está dedicada a esa persona?" – Comenzó a buscar entre sus apuntes – "Decía así: "Seca tus lágrimas y asegúrate de que todo lo que necesites, nunca sea yo", pero en el último capítulo decías "Siempre serás la etapa más dulce de mi vida"".

Fue inevitable que todos empezáramos a reír, y comprendo esos sentimientos, ya que he leído un puñado de comentarios similares, en los que pedían un final "feliz", debería decir que cuando el frio viento de invierno cubre toda la ciudad y evita que a cada paso que dé, vea su rostro en las calles, ¿Me llamarían cobarde?

"Toda buena historia, debe llegar a su final para ser recordada entre sonrisas o lágrimas".

- "Tienes razón, la vida es así. Por otro lado, ¿Hay alguna razón para que no salgas en público?".

- "No hay una razón en específico, sencillamente no tengo mucho interés sobre eso"

El hombre que se encontraba en silencio tomó la palabra con una sonrisa amable en su rostro – "En el libro "Las ruinas del alma", el protagonista padece una enfermedad incurable, la cual se describe como la pérdida del alma gradualmente de la que el cuerpo no puede defenderse. Hay un hecho que no quedó completamente claro para mí y este sería la carta que realiza, cada año escribe una línea hasta su muerte, ¿Para quién iba dirigida?"

Fue imposible no recordarla textualmente por más que quisiese evitarlo,

"Tan lejos de quien quise ser,

Sin sueños, ni esperanzas,

Luego de que me vaya a dormir,

Despiértame cuando el sol regrese."

- "Para su padre".

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⏰ Última actualización: May 04, 2021 ⏰

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