"El dolor de separarse no es nada comparado a la alegría de reencontrarse".
—Anónimo.
El llegar a un lugar desconocido siempre es sofocante, no saber qué hacer o qué decir, con quien hablar, todo parece tan extraño y ajeno. Para una Princesa todo eso era parte del plan, el conocer nuevas naciones y nuevos reinos, entonces, ¿aun podía sentirse fuera de lugar?
Llamé un par de veces más, esperando a que cogiera el teléfono, pero no volvió a hacerlo en ningún momento.
Después de varios intentos, supuse que bloquearon el número, por lo que no me quedó más opción que desistir de ese medio para comunicarme con él. Quizás tendría que ir a las oficinas, porque jugar a buscar la casa en la que crecí, no era una opción, hacía tantos años no la veía, incluso, no podía recordar la cantidad de pisos o habitaciones que tendría.
Una de las asistentes que estaba a mi lado, me sonrió de manera reconfortante y solo le dediqué una media sonrisa ladeada, aunque triste.
De seguro mi aspecto era terrible, apenas había dormido en el avión, a pesar de que logré quitarme el resto del maquillaje, unas grandes ojeras aparecieron debajo de mis ojos y demostraban el cansancio extremo que sentía. Solo quería ir y tirarme a alguna cama, pero no parecía que eso estuviera a punto de pasar. Para evitar que vieran mi rostro totalmente, tomé mis gafas de sol.
Compré un sándwich en la cafetería y volví a lado del teléfono, pensando en si debía llamar a otro de mis hermanos, pero eso sería muy difícil, encontrarlos claramente no sería tan fácil como lo había sido con Christopher y menos ahora que no tenía un móvil a disposición porque dejé el mío en Suiza y, aunque lo hubiese llevado, quizás no tendría cobertura en otro continente, además tenía tantos candados que sería imposible buscar algo en él.
Miré la comida en mi mano, pero no me apetecía en lo más mínimo probar un solo bocado de ella, por lo que me dediqué a pensar en las calorías y carbohidratos que comería si llegara a consumirlo, después hice la nueva cuenta de cuantas veces tendría qué hacer para sacar todo eso de mí.
Pasaron un par de horas en las que comprobé que Christopher no iría a ver si de verdad estaba varada en medio de Sídney o no, por lo que me puse de pie para salir del aeropuerto y buscar un taxi, al menos estaba a punto de hacerlo, cuando lo vi.
Miraba en todas direcciones como buscando algo... o a alguien. A mí.
Era él, ¿no? Ese cabello negro y sus ojos azules como zafiro lo hacían resaltar y claramente lo hacía. Muchísimas miradas eran atraídas hacia él, incluso cuando pasó a mi lado sin saber que era yo. Siguió caminando mientras se rascaba la cabeza con desesperación y daba vueltas como loco.
—¡Christopher! —grité a sus espaldas y se detuvo abruptamente sin moverse, incluso lo vi temblar.
¿Le desagradaba tanto la idea de verme?
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Little Princess [PAUSADA]
Teen FictionLa Princesa perfecta... ¿o tal vez no? Detrás de toda esa apariencia en televisión de un mundo perfecto, su madre la obliga a ser quien no es, estar con quien no quiere y hacer cosas que no le gustan... Hasta que decide que es momento de que "la pr...