El corazón y el cerebro

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Tantos escritores, tantos libros, tantos amores, tantos dolores, tantos poemas, tantas obras, tantos temas, tantas maneras de llegar al corazón del lector.

Y ahora que lees esto tengo la oportunidad de cautivarte.

Te diré cada palabra suplicante de mi corazón. Si te quedas tal vez puedas regocijarte.

Tengo que admitir mi error. En realidad mi corazón no es el arma principal. Mi corazón no habla. Mi corazón no siente nada. Es una simple estatua que reparte sangre a cada parte de mi cuerpo. No es tan relevante como mi cerebro.

Pienso con el cerebro. Decido con el cerebro. Siento con el cerebro. Amo con el cerebro. Vivo con el cerebro.

Pero me moriré cuando mi corazón deje de latir. ¿Irónico, verdad?

El corazón muere pero tal vez el cerebro no.

Tal vez cuando morimos seguimos pensando. Seguimos sintiendo.

Tal vez. Y solo tal vez. Después de la muerte seguiremos viviendo.


Las palabras que nunca dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora