Sin paciencia

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Brandon se dirigió a la casa del alfa Khalé Renning, a quien ya había hecho esperar demasiado para reparar unas tuberías de su cocina.
Danira, la madre del alfa, había atendido a Brandon quién con su caja de herramientas, estaba listo para empezar a trabajar.
—Hola hijo, pasa, Khalé está ocupado pero pidió que le hagas saber que has llegado.

— ¿Está en su estudio?, Brandon besaba suavemente la mejilla de una de las mujeres más significativa en su vida.

Danira, tan pequeñita y delegada, se colgó del brazo del enorme oso y caminó con él hasta el interior.

—Sí hijo, está atendiendo a una de las nuevas integrantes del clan.
Brandon asintió. Con los demás podía ser una bestia infernal, pero no con la mujer que le había limpiado la cola al cambiarle los pañales cuando era un bebé y su madre trabajaba, dejando a Brandon bajo el cuidado de Danira, —le avisaré que he llegado.
Brandon dio un beso a la pequeña mujer.

—Cuando termines, pasa a la cocina para comer.
Brandon no se negó, pues la mujer se encargaría de recitarle los insultos más floridos que un viejo marinero pudiera decir y eso hasta a él lo intimidaba.

Khalé platicaba con una mujer del pueblo, una de las nuevas familias que habían llegado buscando refugio, y últimamente el número parecía crecer cada día.
Eso solo hablaba de una cosa, la sociedad era una mierda insensible e intolerante.

—Perdón Alfa, Danira me ha dicho que quería hablar conmigo, Brandon saludó a su amigo y líder quien le sonrió de lado.
La mujer pequeña lo miró con cruda desconfianza pero no hizo algo aparte de lanzarle miradas asesinas.
Brandon captó el aroma de su animal, un venado, nada intimidante, nada espectacular.

—¡Brandon!, mira ella es la señora Disha Wordik y está viviendo en el bloque de departamentos cerca del bosque, su tubería necesita reparaciones, son sólo ella y su joven hijo, yo le decía que tú podrías darle una mirada y tratar con eso.

— ¿Cuándo puedo pasar a ver el trabajo?, Brandon no miraba a la mujer, sólo quería terminar el trabajo y retirase a su garaje para trabajar con su motocicleta.

—Bueno, la mujer respiró hondo, —estoy cubriendo a una compañera que salió de permiso por maternidad en el supermercado, así que trabajo todo el día, pero mi hijo Yelaím está en casa por las tardes así que usted podría pasar por ahí.
La mujer miró como si compartiera algún secreto con el alfa.
—Brandon es un tipo de mí total confianza Disha, así que tú y tu hijo pueden estar seguros.
La mujer miró de forma especulativa a Brandon, este no se inmutó, la mujer en algún punto decidió que Brandon era lo suficientemente confiable para parecer relajada.

—Bien, en ese caso si usted puede, mañana sería un buen día para ir, Brandon sólo asintió. No veía necesario hablar más con la mujer.

Khalé apretó el hombro de su amigo quien lo miró.
—Bien alfa, si es todo, debo... Brandon señaló la puerta.

—Adelante Brandon, ya la señora se retira, en un momento hablamos.

Brandon estaba acostado de espaldas en el piso de la cocina del alfa Khalé, la maldita rosca que unía a la tubería estaba dura, a cualquier humano promedio le hubiera provocado una hemorroide por tratar de aflojarla, pero no a Brandon cuyos densos músculos se marcaban como montañas, haciendo que cualquier hombre lograse babear al menos un litro de saliva, claro sino estuviera en casa del alfa.

-¡Brandon!, ¡carajo!, ¿cuándo dejarás de parecer un animal rabioso?, Khalé se recargo cerca del fregadero mientras veía a su amigo batallar con la herramientas.
Brandon en ningún momento separó las manos de la tubería mientras giraba una llave stilson provocando un leve crujido.

En las garras del amor, Libro 1 saga cambiaformas enamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora