Brandon había ganado bastante atención gracias al maldito evento de Altaír, ya que tipos de varios lugares le enviaban mensajes en Facebook y le llenaban su chat con imágenes de hermosos cuerpos desnudos, por lo cual el enorme oso no se quejaba. También alguna que otra chica con más optimismo que cerebro le enviaba fotos, esas Brandon las eliminaba.
No estaba buscando folladas por ahora, estaba concentrado ayudando con el mantenimiento de la lujosa cafetería de Altaír el cual ya se encontraba fuera del país seguramente en busca de nuevos negocios o nuevos inversionistas que ofrecieran trabajos bien remunerados para los habitantes de la manada.
Altaír constantemente le ofrecía su ayuda para iniciar su propio negocio, y agradecía a su amigo que respetara su decisión de esperar el tiempo que el enorme oso creyera necesario y no era por el dinero a pesar de que muchas veces este le había ofrecido su desinteresada ayuda, sino que ahora estaba concentrado en ayudar a Khalé en colocar las instalaciones tanto eléctricas como de plomería de las nuevas casas que eran construidas para los nuevos habitantes.
Brandon ya había comprado un lugar algo grande y estaba empezando a hacer trabajos de construcción ahí para poder tener un almacén y una oficina, y tal vez con el tiempo podría comprar un pedazo más de tierra para tener su propio taller de reparaciones eléctricas.
Con el dinero de su nuevo trabajo temporal le daría un poco más de solvencia para comprar unas herramientas que necesitaría. Estaba feliz con sus progresos, sus madres estarían muy felices de ver lo bien que Brandon lo estaba haciendo, lo mucho que se esforzaba para ayudar para aportar algo de sí a los nuevos habitantes, ya que muchos de estos lo consideraban alguien de confianza al cual acudir por ayuda con su fontanería o su electricidad.
También Brandon se encargaba del mantenimiento del nuevo restaurante y como todo lo nuevo siempre había fallos en la colocación de las tuberías y electricidad y hasta arregló un techo que estaba muy mal trabajado, no siempre se podía confiar en los tipos que el estado enviaba para que cumplan su servicio comunitario, pero su amigo Altaír no le negaba la oportunidad a alguien, aunque esto le costara un poco o mucho.
La ventaja de ser jefe de mantenimiento de aquel restaurante era la flexibilidad para poder ausentarse para realizar otros trabajos pequeños y procuraba que estos no le tomen mucho más tiempo del necesario.
También le gustaba el personal que ahí laboraba. Los maestros pasteleros y chefs todos propios y muy estirados, todos vestidos con ropa formal y con una facilidad de palabra listos para atender a los a los comensales más exigentes, recitando nombres de platillos que más parecían invocaciones.
Por eso cuando vio entró ese chico de ojos extraños, cambiaformas de ciervo y corazón de ardilla acompañado de una chica a la que había visto algunas veces en la ciudad que no era muy grande, se sorprendió, pero estaba tan ocupado reparando el techo de la cocina que no pudo ver el puesto que el llamativo chico ocuparía.
Las semanas pasaban, lo que serían dos semanas se convirtieron en tres y luego en cuatro. Altaír estaba muy ocupado buscando inversionistas para proyectos de expansión económica, dejando como su representante a César Brito que estudiaba administración de empresas en su último año, por desgracia César solo revoloteaba alrededor de Brandon cuando este estaba cerca, haciendo que el oso se sintiera incómodo y aún más malhumorado.
—¿Puedo ir a tu casa hoy? Preguntó insistente César mientras se recargaba en la mesa de la cocina que Brandon arreglaba.
El fornido cambiaformas se bajó de la escalera sin siquiera ver a César, —Te he dicho que estoy muy ocupado y tengo que hacer algunas reparaciones hoy en casa de los Gil.
César suspiró frustrado, como si le hubieran negado la entrada al paraíso, —Necesito follar, susurró de forma cómplice mientras miraba a los lados, tenso, asegurándose que los empleados de la cocina ya se hubieran ido quedando solo el haciendo el corte de caja y Brandon que solo podía trabajar cuando la cocina estaba desocupada.
Brandon siguió echando un poco de mezcla de cemento para tapar donde se había trabajado arreglando un cable que estaba dando problema provocando interrupciones en la electricidad.
César estaba molesto por no lograr convencer a Brandon, así que decidió insistir, adoptando una actitud más seductora, —por favor solo hoy.
—No lo creo César, ya te he dicho que no soy de relaciones.
César se petrifico cuando vio al extraño chico entrar apurado empujando un enorme bote de basura.
—¡Oye tonto me has pegado un susto de muerte!, César estaba molesto por no haber escuchado al chico, el cual pudo haber escuchado su bochornosa suplica. Este sin detenerse siguió su camino y no reparó en el enorme oso que serio miraba que sucedía.
—Lo siento, hoy Jorge me pidió que sacara la basura, es jueves día de limpieza en la despensa y saco varias cajas y bolsas hoy. Las pesadas bolsas eran arrastradas para ser sacadas
—Como sea solo termina y lárgate.
Yelaím no se detuvo, no era tan tonto para ponerse en la mira de esos dos tipos que lo intimidaban a muerte, por eso mejor salió apresurado y al terminar solo entró por su mochila y se retiró sin siquiera despedirse.
—En serio me molestan los idiotas, murmuró César casi para sí mismo.
—Él no es idiota, no lo veo detrás de algún tipo o tipa rogando por una jodida, Brandon soltó aquello sin pensar en que podría el enojo de César ir más allá, dejando al lobo el enorme oso se retiró para seguir trabajando, si turno aún no terminaba y quería apurarse, pues Khalé también quería que las nuevas viviendas estuvieran listas lo antes posible y Brandon definitivamente no volvería a confiar en el personal de libertad condicional, no después del fiasco que justo ahora en esta momento el se estaba ocupando.
Su jornada terminó, al día siguiente no trabajaría, así que aprovecharía para avanzar en las instalaciones y también llevaría a Khalé a una visita por las instalaciones, quería que su amigo el alfa supervisara el trabajo de Brandon, de esa forma también Khalé podría opinar si deseaba algunos cambios, añadir o quitar algunos detalles, Brandon sabía que el alfa quería que su gente estuviera cómoda y feliz y los migrantes lo sabían ya que el afecto y lealtad que adquirían una vez que se convencían del compromiso del alfa con su gente era tan palpable. Montando su motocicleta Brandon manejó por la carretera, el viento era fresco, su cuerpo estaba agradecido por esa oportunidad que parecía simple pero tan placentera. Una vez que estuviera en casa, Brandon se daría un largo baño y llamaría a su amigo el gorila, para ponerse de acuerdo.
La soledad de su casa le golpeó como un gigante con un gancho poderoso en el hígado, hasta que el silencio que tanto apreciaba de pronto se convirtió en un lastre que dañaba sus tímpanos.
Tranquilamente Brandon dejó su bolsa de trabajo y se dirigió a su recámara en dónde se quitó la ropa sucia, las viejas playeras que compraba de segunda mano fueron retiradas del cuerpo deliciosamente masivo, deseaba tanto darse ese maldito baño.
La cena tampoco le supo mejor, tal parecía que su realidad estaba gritándole con fuerza que era hora de cambiar, que no era sano que la soledad fuera la norma en su vida, nunca se había planteado la posibilidad de tener a alguien, ese tema siempre lo evitaba como si fuera un tabú, algo prohibido como para hablar de ello. Pero no era algo que pudiera resolver en una hora, sin embargo no era el momento de pensar más ello, pero la idea estaba ya en su mente.
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En las garras del amor, Libro 1 saga cambiaformas enamorados
Short StorySinopsis Primera historia de tres. Serie cambiaformas enamorados. Brandon Swartz es un tipo bastante popular en su comunidad y es que al estar en una ciudad tan tolerante y receptiva ha tenido tiempo de crearse fama de jugador. Abiertamente gay y co...