¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El reloj marcaba las tres en punto, y a pesar de ser conscientes que al día siguiente deberíamos despertar temprano, seguimos en lo nuestro.
Este era el mejore momento del día, podría decirse que mi favorito. Adoraba estar con él, y más por las noches.
Siempre fui un chico nocturno. Dormía por el día y vivía durante el transcurso de la noche. Me sentía bien así, me sentía cómodo.
Y las noches tenían un significado importante para mí. También solía estar más expresivo; podía llorar, reír, estresarme, enojarme. Podía contarle a alguien lo mucho que lo amaba, o lo mal que me sentía.
Por las noches me sentía libre.
Ahora me sentía libre, acompañado de la mejor manera.
-Amor -susurré sin sacar mi mirada de la ventana-.
La noche era oscura pero en el cielo se encontraban cientos de estrellas. Se me hacía difícil dejar de observar.
-¿Qué pasó, bebé? -preguntó acariciando mi mejilla-.
-Para vos, ¿Qué son las estrellas?
Era una duda que tenía siempre. A lo largo de los años, de mis cambios de pensamientos, mis teorías cambiaban. Algunas evolucionaban, otras morían por completo. Pero siempre quedaba la duda