Fanfics del Evaverso

Desde lejos parte 2

Rachel

Tres años, tres malditos años en el peor matrimonio que conozco, estoy empezando a sentir asco por Bratt.

Desde que nos casamos todo empeoró, sus celos, sus rabietas, sus ataques de ira hacia cualquiera que se me acerque. Solo le faltaba mearme para marcar territorio. No me dejaba salir sola ni con amigas, no dejaba que me ponga vestidos muy cortos o con escote. Lo odio. Odio esto. Solo he aguantado por los momentos lindos, en los que todo es color de rosa, todo es perfecto. A veces.

Pero hoy ya fue la gota que derramó el vaso, nos mudamos a la central de Estados Unidos apenas volvimos de nuestra luna de miel para que, según el, me aleje de todas las malas influencias que había en Londres. Ruedo los ojos de solo recordarlo. Hoy fui a una misión de rescate, tenía que pasar por la novia de un narco colombiano para poder entrar en la reunión privada en donde se subastarían a tres niñas de 16 años. Tráfico de menores, típico en la mafia Búlgara. Resulta que para poder entrar tuve que pasar por un delicado control, para no decir que básicamente me violaron con las manos, pero ya sabía que iba a pasar por eso y me preparé pero a Don Tóxico no le gustó y al volver a la central lo encontré golpeando a mi capitán. Me hizo pasar la vergüenza de mi vida. Peleamos, como siempre, al volver a casa y entonces exploté
— no pienso seguir aguantando tus estupideces — ladro furiosa — estoy harta, siempre es lo mismo, dices que vas a cambiar y al día siguiente haces una escena aún peor, ya fue suficiente, me largo.

— no pienso dejar que hagas eso — dijo él — no voy a dejar que te vayas, tú me amas, tu eres mi esposa, ere mía y y soy tuyo — no fue algo lindo, ni excitante como lo dijo, fue como si me tratara igual a un objeto y yo estoy muy lejos de ser un objeto

— no soy un puto mueble, Bratt, y no seré tu esposa por mucho tiempo porque vamos a divorciarnos y regresare a Londres, mañana mismo — mi tono fue más fuerte de lo que espere

El estaba en shock, no se lo creía y entonces...pasó — ¡no iras a ningún lugar! — se acerca a toda velocidad hasta quedar de pie frente a mi rostro — ¡no te considero un mueble! ¡Pero si eres mía! — levanta la mano y es más rápido que yo a la hora de darme una cachetada, me tira al suelo, suelto un gemido de dolor y me sujeto la mejilla herida. Parece que cae en cuenta de lo que hizo pues se agacha junto a mi y me aparta el cabello del rostro, pero cuando esta por tocarme lo detengo — ni-se-te-ocurra — digo marcando cada palabra con una voz tan fría que no la reconozco como mía

— aguante tres años todas tus mierdas, tres años en los que creí que podrías cambiar pero me equivoque obviamente. Te lo voy a repetir una sola vez, mañana firmaremos los papeles de divorcio — parece que va a refutar así que continuo — ya los tengo preparado hace mucho — su cara toma una expresión indignada — no tienes derecho a ofenderte, tu lo jodiste ahora te aguantas — me levanto chocándolo a propósito con fuerza logrando que caiga.

Tomo mis cosas y me voy.

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Por fin volví a Londres, fue más fácil de lo que espere porque el ministro movió todo.

Bratt se quedó en Estados Unidos y la verdad espero no tener que volver a verlo mas de lo estrictamente necesario.

Voy llegando a la central cuando veo a Luisa con Simón y empiezo a gritar — OIGAAAAAN USTEDES PAR DE EXTRAÑOS — se voltean de inmediato y una sonrisa gigante pinta sus caras, voy corriendo con maletas y todo para abrazarlos, llego a donde están y salto encima de ellos rodeándolos con los brazos — los extrañé mucho — bajo y veo que Luisa tiene lagrimas en los ojos