Kitsune Katsuki

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Aquí empieza lo correspondiente al kiribakumonth 2020.

Resumen: Eijiro necesita un rato a solas en sus vacaciones. Katsuki lleva años esperando que alguien pueda ver ese pequeño lugar en el mundo donde está confinado.

Día 8: Mythology. (Kitsune!Bakugo).

***

I remember thinkin' I had you
But I can see us lost in the memory
August slipped away into a moment in time
'Cause it was never mine

august, Taylor Swift

***

Todo es culpa de Mina. Porque Mina quería ir a la casa de verano de Momo, pero no quería ir sola. «Eiji, es demasiado, sus papás son ricos. Ricos millonarios, no puedo ir sola». Se las había arreglado para arrastrar también a Sero, con la promesa de un jacuzzi y a Denki con la promesa de la alberca. Eijiro sólo aceptó después de mil ruegos. La casa es enorme y lo hace sentirse incómodo. Además, hay servidumbre. Eijiro no puede entrar en la cocina a buscar un sándwich sin tener a alguien respirándole en la nuca preguntándole si quiere algo. La riqueza de Momo siempre lo deja boquiabierto y apenas si puede procesarla. El hecho de que haya metido a la mitad de sus amigos de la universidad en su casa de verano para «pasar las vacaciones», también.

Después de dos semanas de las cuatro de las vacaciones de verano lo único que quiere es tiempo a solas.

Nada de Mina persiguiéndolo para que la ayude a descifrar si los mensajes de Ochako significan que le gusta o que no le gusta. A esas alturas necesita un artículo científico para convencerse de que Ochako sí está loca por ella y no sólo «hay señales». Nada de Denki aventándolo a la alberca completamente vestido para que después tenga que cambiarse. Necesita paz.

El bosque es perfecto para ello.

Deja sólo una nota en la mañana.

«Volveré por la tarde».

Está acostumbrado a hacer senderismo, así que todo irá bien. No es como si planeaba subir la montaña o algo así. Sólo quiere caminar un rato, despejarse y pasar el día a solas. Ni siquiera se levanta el cabello —está en extrema necesidad de un tinte nuevo y si se lo levanta las raíces son todavía más obvias— para poder irse más temprano.

El campo siempre le ha dado tranquilidad. Allí puede escuchar a sus pensamientos sin que nada los interrumpa.

O eso cree, más bien.

***

«Momo no dijo que había un templo aquí».

Eijiro tiene las manos en la cintura mientras ve la entrada y las escaleras que seguramente conducen a un templo. Habría salido a caminar por el bosque si lo hubiera sabido antes, en vez de ser torturado por Denki y todos los intentos por lanzarlo a la alberca —no es que no le divirtiera, pero siempre lo tomaban por sorpresa.

«¡Piensas mucho, Ei!», casi puede oír a Kaminari. «¡No es difícil atraparte metido en ti mismo!»

Eijiro decir subir hasta el templo, al menos para averiguar si está abandonado por alguna razón, pero apenas si llega al escalón número doce o catorce cuando alguien le sale al paso.

—¡Ey! ¡¿Qué haces aquí?!

Casi se va de espaldas.

La figura está a contraluz y a Eijiro le cuesta enfocar la mirada. Por suerte la figura bloquea casi todo el sol y Eijiro no se deslumbra demasiado.

—¡Ey! —repite la figura—. ¡¿Eres estúpido?!

Es un hombre. Muy enojado. Bueno, pensándolo bien. No es un hombre, decide Eijiro en cuanto ve que sus orejas nacen de lo alto de su cabeza y por más que so rostro sea humano, las orejas que tiene no lo son. De hecho, son de algún canino y se mueven con desagrado.

En este mundo o cualquier otro [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora